- 51 - Administración serbia para un reino serbio
- 52 - El rey Alejandro y la Constitución de Vidovdan
- 53 - El Tratado de Versailles (1919)
La gran Serbia y la pequeña Entente
La política extranjera del Estado de los Serbios, Croatas y Eslovenos, se hace en función a la política de los Aliados, vencedores de la guerra, sobre todo en relación a Francia, a causa de los combates comunes librados en el frente de Salónica en 1918 contra Bulgaria. Estos hechos de armas ya se han convertido en otra gran epopeya en la historia de Serbia; ello explica la gran amistad existente entre los antiguos combatientes serbios y franceses que inspirarán hasta nuestro días a la diplomacia francesa. Alejandro 1 pagará generosamente la estadía de las tropas francesas estacionadas en Yugoslavia, claro que con los créditos otorgados a su vez por el mismo Estado francés. A iniciativa de Francia, el reino de Alejandro I, adhiere a la Pequeña Entente junto a Rumania y Checoslovaquia, para la defensa eventual contra los Estados vencidos en la guerra, y principalmente contra Alemania. La reanimación de esta pequeña Entente en 1934 por Luis Barthou, ministro de Relaciones Exteriores de Francia, se terminará trágicamente con el asesinato en Marsella de Alejandro I y la muerte de Luis Barthou gravemente herido.
Rusos blancos, chetniks y Komintern
La santa Rusia, la antigua gran hermana ortodoxa de Serbia, se ha convertido en un enemigo al mismo nivel de Alemania, ante el rey Alejandro I y la Iglesia ortodoxa serbia, después de la Revolución de Octubre. Alejandro I, aceptará en Serbia cerca de 80'000 Rusos blancos que han huido de Rusia en 1921, después de haber sido derrotada la contrarevolución por Trotski. Estos soldados rusos serán utilizados por Alejandro I para combatir, junto a las milicias serbias de los chetniks, a la guerrilla búlgara en las regiones obtenidas por Serbia luego del Tratado de Neuilly en 1919. Alejandro I organiza también un complot contra Albania, en 1924, para obtener una salida al mar, con la participación de soldados rusos. Pero, Stalin el zar bolchevique, no perdonará jamás a Serbia de haber acogido a los contrarevolucionarios y se opondrá a la hegemonía serbia en los Balcanes, tal como lo habían ya hecho los zares del Imperio ruso; el instrumento de lucha contra Serbia será el Komintern y el Partido comunista yugoslavo. Las relaciones diplomáticas entre Serbia y Rusia, serán restablecidas solo a la víspera del ataque alemán a Rusia, el 5 de abril de 1941. A pesar del deseo de cinco millones de católicos serbios, Alejandro I no aceptará jamás de establecer un concordato con el Vaticano, a causa de la hostilidad de la Iglesia ortodoxa serbia. Una tentativa en este sentido será llevada a efecto por el regente Pablo Karageorgevich en 1937.
El campesinado croata y la dictadura de Alejandro I
El precio pagado por Serbia para la realización de la -gran Serbia- sin contar las destrucciones, es de alrededor de 350'000 soldados y campesinos serbios muertos durante la guerra. El gobierno serbio dio unas cifras exageradas de 700'000, pero incluían ciertamente al conjunto del nuevo Estado de Serbios, Croatas y Eslovenos. Los serbios, considerando que ellos habían ganado la segunda guerra (la primera fue la de las guerras balcánicas), y al combatir al lado de los vencedores, pretendían hacer pagar por "daños e intereses" o "reparaciones de guerra", a las naciones vencidas, vale decir, a las naciones que hacían parte, antes de la guerra, del Imperio de Austria. Estas regiones estando ocupadas por las tropas serbias, estaban sometidas a una imposición que doblaba a las de los campesinos serbios, por lo que el descontento popular se extiende rápidamente por todo el territorio.
La crisis económica que llega finalizada la guerra, más los pesados impuestos aplicados a los campesinos croatas sobre todo, llevan a éstos a negarse a pagar dichos impuestos abusivos, a lo que las autoridades serbias replican desatando un verdadero terror policial sobre el campesinado croata. Los que no pueden pagar sus deudas con una moneda devaluada en un 100%, se ven arrebatados a la fuerza de su ganado e incluso de sus bienes. Para el reino del rey serbio Karageogevich, este despojo al que se sometía al campesinado, era necesario no solo para la reconstrucción de Serbia y el país, sino también para poder llenar las vacías cajas de un Estado cuyas necesidades eran inmensas para poder financiar un ejército enorme, la policía, la burocracia serbia y la construcción de un Belgrado moderno, que hasta esa fecha seguía siendo nada más que una gran aldea. Así es como estas medidas de explotación, opresión y terror provocarán pequeñas revueltas campesinas las que se saldarán con los primeros muertos desde 1919. Se aplica una reforma agraria que tendrá como objetivo el de quitarle las tierras a los campesinos de religión musulmana, a la Iglesia católica y a algunos ricos propietarios en Voivodina, para entregárselas a los serbios y a los soldados serbios de la Primera Guerra, favoreciendo así el asentamiento de la minoría serbia en esas regiones. "Reforma agraria", que no surtirá ningún efecto en el plan económico, hará aumentar aún más la desconfianza hacia el poder serbio.
La serbización del nuevo Estado, se acompaña también con la imposición de la Iglesia oficial, y para esto se comienza a construir iglesias y catedrales que generosamente financia el Estado. El ejemplo más significativo y escandaloso es la catedral ortodoxa que Alejandro I hace levantar en Liubliana, Eslovenia, y que es destinada a los pocos funcionarios ortodoxos serbios. Las nuevas fiestas oficiales del Estado son fiestas serbias, por lo tanto, la de san Sava y Vidovdan, con la única excepción para la fiesta del obispo croata Strossmayer, defensor del "yugoslavismo" del siglo XIX. También la historia del Estado, será esencialmente la historia gloriosa del pueblo serbio: el Imperio del zar Dušan, el Kosovo, la Iglesia ortodoxa serbia y sus patriarcas...
En el primer censo de 1921, los croatas dejan de existir, igual que los Macedonios, Montenegrinos y musulmanes. Todos ellos se convierten en serbiocroatas, vale decir serbios, con lo cual se aumenta artificialmente el número de serbios y demostrar así la nueva unidad de Yugoslavia en el plano demográfico. Las estadísticas falseadas de este censo, serán ampliamente difundidas en Europa y serán utilizadas incluso hasta 1991. Según las estadísticas de 1921, los Serbiocroatas representan el 75% (9 millones) sobre un total de 12 millones de habitantes. Las naciones o minorías nacionales no asimilables rápidamente figuran en las estadísticas del censo de 1921:
Albaneses (440'000),
Húngaros (470'000),
Alemanes (505'000),
Italianos (120'000),
Turcos (150'000),
Eslovenos (1'000'000), etc.
Desde 1921 y hasta 1991, las estadísticas publicadas por Belgrado serán siempre "arregladas", ya que ellas tienen por fin el de aumentar el número y el porcentaje de los serbios en perjuicio de las minorías nacionales, y más aún contra los croatas, quienes se han convertido en los principales adversarios de la Gran Serbia yugoslava. Las cartas geográficas publicadas durante la primera Yugoslavia (la del rey Alejandro I), como así mismo en la Yugoslavia de Tito, serán siempre impresas sin sus fronteras internas, para demostrar la existencia de un solo Estado serbio-yugoslavo. El rey Alejandro Karageorgevich está determinado a imponer a la fuerza su régimen pro Gran Serbia a sus sujetos no serbios, católicos y musulmanes, los cuales no le comprenden y lo rechazan.
El drama del nuevo Estado es por lo tanto triple:
a) los serbios, cuyo desarrollo cultural y económico es netamente inferior al de croatas y eslovenos,. no tienen en cuenta esta diferencia, y que croatas y eslovenos no pueden aceptar.
b) la historia serbia es impuesta a croatas y eslovenos, con lo que se demuestra ignorancia y desprecio por la historia de estos pueblos; lo que produce a su vez un rechazo en ellos hacia todo lo que fuese serbio.
c) el problema de las nacionalidades cristaliza rápidamente todos los descontentos de las naciones no serbias: En 1919, una revuelta de los albaneses del Kosovo explota, la cual es ahogada en sangre por el ejército serbio. A continuación, el gobierno hace inmigrar a cerca de 100'000 serbios para obligarles a vivir en ella y así no perder la provincia en donde la población albanesa es ampliamente mayoritaria y que se vuelve de más en más hacia Albania.
En Macedonia, la organización secreta "VMRO" continúa la lucha contra la serbizacion de Macedonia. Los musulmanes, miles de ellos expulsados a Turquía después de la Primera Guerra, se demuestran cada vez mas hostiles hacia la población serbia protegida por la policía, el ejército y la milicia serbia de los chetniks. Los búlgaros en Serbia continúan la guerrilla en contra los serbios; Alejandro I utiliza a los rusos blancos y chetniks para defenderse. En Croacia, las tensiones entre croatas y serbios sigue en aumento, provocadas por la persecución de campesinos y católicos, la prohibición de todo lo que sea croata, asesinato de fieles a la salida de la misa, o también durante el desarrollo de procesiones, y eso porque en las banderas religiosas habían palabras o emblemas croatas inscritas en ellas.
El traslado de los restos mortales de Zrinski y Frankopan en 1919 los héroes croatas asesinados por Austria en 1671 en Viena, y a los cuales se les celebra una misa en la catedral de Zagreb, así como la celebración del milenario del reino croata del rey Tomislav (925-1925), hacen renacer con más fuerza la conciencia nacional que la juventud croata está dispuesta a defender.
En los nuevos territorios del ex Imperio de Austria, los serbios se comportan no solamente como los conquistadores, sino sobre todo, como opresores, algo que ni los turcos en sus tiempos de dominadores en Serbia hicieron, ya que ellos a lo menos respetaban las diferencias nacionales y religiosas. No es de extrañar por lo tanto, el fracaso absoluto del régimen monárquico serbio para poder conducir el nuevo Estado hacia una verdadera unión de los Eslavos del Sur. Con su política de desprecio hacia los pueblos y naciones que conformaban esta unión, el rey termina por agravar aún más la situación política al ordenar el vil asesinato del líder croata Esteban Radić. El Estado se encamina así, lentamente hacia su destrucción final. La guerra de todas las naciones no serbias en contra los dominadores y opresores serbios, se hace cada vez más cierta y solo falta la ocasión propicia. Esta ocasión se presentará con la Segunda Guerra mundial. Frente a la tiranía y opresión serbia, dos revoluciones organizadas surgen:
- la resistencia pacífica y política de los croatas;
- la resistencia revolucionaria del Partido comunista yugoslavo.
Para dar la impresión de ser un régimen democrático, la monarquía serbia, tolera la existencia de numerosos partidos políticos, y entre ellos, varios partidos socialistas y nacionales que terminan por unirse y pasan a formar el Partido comunista yugoslavo bajo la inspiración de Lenin y el Komintern. A pesar de una clase obrera poco numerosa, sobre todo en Serbia, el Partido comunista ejercerá una gran influencia en la vida política de la post guerra, gracias a su propaganda y a las promesas de un porvenir mayor para cuando triunfase la revolución socialista. Tal como en muchas otras partes del mundo, las condiciones sociales, políticas y económicas en el Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, favorecían el crecimiento de los partidos socialistas primero, y del Partido comunista a continuación. El carácter despótico del régimen de Alejandro I era un factor que incitaba a la revolución y al deseo de producir el derrumbe del sistema monárquico-serbio, ya que con su política de terror y explotación nada bueno podían esperar de él los pueblos que lo componían.
En 1919, la fiesta del Primero de mayo es prohibida por el régimen, lo que trae como consecuencia una oleada de huelgas y movimientos de protestas que se extiende por todas partes. La represión policial aumenta, y en Sarajevo más de 2'000 obreros son enviados a prisión. Una huelga general que abarca todo el país se lleva a efecto el 20 de junio de 1919, que se termina con nuevos arrestos masivos. Poco tiempo después, la revuelta de los Albaneses del Kosovo es ahogada en sangre. El terror policial se instala en el reino serbio de Karageorgevich, golpeando a amplias capas de la población.
En 1920, la policía serbia comienza a marcar el ganado perteneciente a los campesinos como una manera de control para el cobro de sus abusivos impuestos. Con este clima de tensión y angustia,, un domingo a la salida de misa, en Hercegovina, y sin mediar provocación, la policía serbia dispara contra la gente que viene saliendo de la iglesia católica: numerosos niños y adultos croatas son muertos.
Los diferentes partidos socialistas, luego de su primer congreso de abril de 1919 efectuado en Belgrado, fundan el Partido obrero socialista (partido comunista), el cual ingresa a la Tercera Internacional. Su primer secretario es F. Filipović, quien pasará numerosos anos en las prisiones de Alejandro I antes de desaparecer durante las purgas de Stalin. En las elecciones comunales de 1920, el Partido comunista obtiene un gran número de elegidos, especialmente en Croacia. Después de este éxito, su presencia irá ganando cada vez más importancia en instancias obreras, sindicalistas e intelectuales. En 1920, cuenta con 60'000 miembros y 200'000 adherentes-sindicalistas. En las elecciones generales, obtendrá como Partido comunista yugoslavo, 59 diputados al parlamento sobre 413 y se convierte en el tercer partido del país, después del Partido radical serbio y el Partido campesino croata de Esteban Radić.
Asustado por la ola revolucionaria que se extiende en Europa y el éxito del Partido comunista yugoslavo, Alejandro I decide prohibir la existencia de dicho partido en diciembre de 1920, mediante el decreto llamado -Obznana-, y que se mantendrá vigente hasta el año de 1941. Centenares de militantes comunistas serán torturados y enviados a prisión, más aún después del atentado fallido en contra de Alejandro I, al cual le sigue un nuevo atentado, con éxito esta vez, en la persona del ministro Drašković. Una nueva ley será puesta en vigor: "ley para la protección del Estado (serbio)", mediante la cual se permite la detención y la cárcel para todo ciudadano sospechoso no solo de actividades conspirativas en contra del Estado, sino incluso por simples actividades políticas contra el gobierno. Tan pronto el Partido comunista yugoslavo es puesto fuera de la ley, este pasa a la clandestinidad y sigue actuando a través los movimientos sindicales, y desde el extranjero, sobre todo desde Moscú.
La policía de Alejandro intensifica la persecución y sigue llenando las prisiones. El mismo Tito es detenido después de su regreso de Rusia y condenado a cinco años de cárcel (1928-1933). El Partido comunista yugoslavo, no solo debe enfrentarse ahora a la persecución policial y a una vida clandestina, sino también a los problemas internos que sufre por consecuencia de las distintas fracciones y divergencias ideológicas que lo dividen. Una de las razones que contribuyen a esto, es que está formado por miembros de diferentes nacionalidades y culturas, y otra de las causas son los sucesos que se desarrollan en el país y en Europa. Tito es enviado a Yugoslavia desde Moscú en 1925 para que ponga orden y ajuste el programa del Partido yugoslavo al de Moscú (Komintern). En el cuarto congreso del Partido comunista yugoslavo, celebrado en Dresde, Alemania, en 1928, son derrotadas las fracciones y se restaura así la unidad.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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