- 46 - 1914-1918-el comité croata, el comité yugoslavo y Serbia
- 47 - Croacia y el Estado de los Serbios, Croatas y Eslovenos
- 48 - La Conferencia de Ginebra (6-9 noviembre 1918)
- 49 - 1918, nace el Estado de los Serbios, Croatas y Eslovenos
No existe odio secular entre croatas y serbios
Ya en el siglo VII de nuestra era, Croacia y Serbia son dos naciones vecinas a las cuales separa el río Drina: croatas y serbios jamás vivieron reunidos en un Estado antes de 1918, o sea, durante once siglos. En Europa hay otro caso parecido entre España y Portugal. Los croatas vivieron sucesivamente en el Imperio de Carlomagno, y a continuación, después de cuatro siglos de independencia, ingresan al reino de Hungría-Croacia en el 1102, y, a partir de 1527, entran a formar parte del Imperio de Austria-Hungría-Croacia hasta el año de 1918. Los turcos otomanos lograrán conquistar Bosnia y las regiones limítrofes con Croacia (Krajina), y que es en donde se instala a vivir la minoría serbia de Croacia. El pueblo croata resistirá con éxito durante cuatro siglos (del siglo XIV al XVIII) la invasión Turca, a un precio muy alto en sufrimientos y pérdidas de vida. La defensa heroica e inclaudicable de los croatas, detiene el avance Otomano y les impide el paso hacia el Oeste. El Papa, como reconocimiento, agradece a los croatas y les da el título de "Antemurale Christianorum". Los croatas católicos, mantenidos siempre fieles a la iglesia Católica Romana, son unidos estrechamente a la Europa Occidental, gracias a las numerosas ordenes religiosas y a los intercambios culturales con Europa, y no con Bizancio ni menos con Rusia.
Los serbios, del siglo VII al XII, estuvieron siempre bajo el dominio de Bizancio o de los Búlgaros. Será solo en el siglo XIII que Serbia, aprovechando la declinación de Bizancio, se convierte en un Estado independiente, cuyo creador espiritual es san Sava, fundador de la iglesia ortodoxa serbia y del mito del Imperio serbio-bizantino. Serbia desea entonces ocupar el puesto dejado libre por Bizancio en su rol de Imperio, lo cual permitiría al patriarca serbio convertirse en el patriarca de Constantinopla. El zar Dušan, se proclama "zar de los griegos y serbios", al morir en 1355, el efímero Imperio serbio se derrumba como un castillo de naipes, pero no así la locura de grandeza de las clases dirigentes serbias, sean estas del siglo XIII o las que estaban en el poder en el último decenio del siglo 20. Cuando el mito de la gran Serbia es resucitado al comenzar el siglo XIX, y que comienza a realizarse efectivamente en los primeros años del siglo XX (guerras balcánicas, atentado de Sarajevo, creación del Estado de los Serbios, Croatas y Eslovenos el 1 de diciembre de 1918), Serbia se apoyará siempre en las minorías serbias de Croacia, Bosnia y Hungría del Sur, y como un agente importantísimo para la unión de estas minorías: la Iglesia ortodoxa serbia. El sostén de las minorías serbias a la política de Serbia, la defensa de los privilegios obtenidos de los Turcos y de los generales de Austria, la alianza de estas minorías serbias con los adversarios políticos de los croatas, todo esto contribuye a crear una animosidad y hostilidad creciente a fines del siglo XIX entre croatas y serbios en Croacia, y que pronto se extenderá a Bosnia. La firma precipitada del acta de creación del Estado de Serbios, Croatas y Eslovenos, fue un verdadero "robo político" cometido por el representante de la minoría serbia de Croacia, Svetozar Pribičevič, y la oligarquía ortodoxa serbia de Belgrado, con la complicidad si no la voluntad de Alejandro I Karageogevich y la Mano negra. El acta de Unión del 1 de Diciembre de 1918, cumplía todas las condiciones para la constitución de la gran Serbia, ya que ella no tenía en cuenta:
- Las recomendaciones del Consejo Nacional de Zagreb;
- el acuerdo de Ginebra, firmado tres semanas antes de la reunión de Belgrado, acuerdos que no podían ser modificados, salvo por una decisión expresa del Consejo nacional de Zagreb;
- los acuerdos de Corfú, de 1917, en el cual se estableció que sería una Constituyente, a llevarse a cabo después de la guerra y en la cual se votaría la nueva constitución junto con decidir especialmente aspectos tan importantes como la organización administrativa, sistemas de votación popular, derechos de los ciudadanos, y si se viviría en un sistema monárquico o no.
Pribičević, no tuvo en cuenta para nada todos estos acuerdos y las recomendaciones del Consejo nacional de Zagreb, como tampoco las advertencias del líder croata Esteban Radić quien había declarado, el 24 de noviembre, que los croatas no aceptarían jamás un Estado centralizado en el cual todo el poder estuviese concentrado en Belgrado en manos de los serbios. El acta de la Unión fue considerada como ilegal por los croatas, así como la constitución de Vidovdan de 1921, que los croatas jamás aceptaron.
El l ° de noviembre de 1918, comienza lo que diplomáticos occidentales (nada de enterados) llamarán "luchas tribales", "luchas intestinas". Desde esa fecha, los serbios habiendo tomado el poder total del nuevo Estado, toda idea de federación o confederación de los Eslavos del Sur se convertirá en una utopía a causa de la hegemonía serbia sobre las otras naciones no serbias. El acta de "Unión" proclamada por el rey serbio Alejandro I, el 1ero de diciembre de 1918 representa en la realidad un triple golpe de Estado:
1. el golpe de Estado serbio en Voivodina, el 25 de noviembre de 1918, anexada directamente a Serbia, sin que se haya efectuado una consulta democrática al conjunto de la población de esta región;
2. el golpe de Estado en Montenegro, el 26 de noviembre de 1918, mediante el cual se suprime la existencia del Estado de Montenegro y se anexa éste a Serbia;
3. el golpe de Estado del l ero de diciembre de 1918, con el cual se anexa ilegalmente, gracias al serbio Svetozar Pribičević, la totalidad de los territorios del ex-Imperio de Austria.
Según la constitución serbia de 1903, el rey Alejandro I, no tenía el derecho de haber proclamado la Unión de Serbios, Croatas y Eslovenos. El Sabor de Zagreb jamás aceptó esta Unión, no así la Škupština (parlamento) de Belgrado en donde fue aceptada el 29 de diciembre de 1918. La Unión del 1ero de diciembre:
- no respeta el derecho internacional de los pueblos a disponer de ellos mismos, del presidente Wilson;
- no es aceptada por los pueblos no serbios.
Las condiciones necesarias requeridas para que esta Unión pudiese haber sido aceptada eran:
- que ella se hubiese basado en una adhesión voluntaria de los pueblos;
- que hubiese existido el derecho, a la autonomía económica y cultural e incluso política;
- que hubiese existido una participación y una adhesión a los valores comunes para construir un porvenir común en beneficio de todas las naciones y no solamente en provecho exclusivo serbio.
Como ninguna de estas condiciones existieron o no fueron respetadas, era por lo tanto lógico, que tal Estado no pudiese vivir sin conflictos y problemas de todo orden, lo que le llevaba obligatoriamente a convertirse en una dictadura política y policial, y que conducirá rápidamente a una guerra civil que tomará en seguida una dimensión trágica en 1941.
El nuevo Estado se compone de 275'000 km2 y con una población total de 12.5 millones de habitantes; los serbios, representando un máximo de 40% de la población, en contra un 60% de las otras nacionalidades, deciden de imponer su dictadura sobre los dos tercios de los habitantes de este nuevo Estado creado de una manera tan poco democrática. Muy pronto las naciones que forman este Estado dominado por la monarquía y la clase política serbia, comenzarán a sentir las presiones políticas, la opresión y el terror de parte de los que desean a toda costa realizar el sueño de la gran Serbia, todo lo cual agravará rápidamente la situación de los pueblos en este nuevo reino serbio:
- Macedonia se convierte en la Serbia del Sur;
- Montenegro es ahora la Serbia marítima;
- Voivodina es convertida en la Serbia del Norte;
- Bosnia ha sido proclamada, ya antes de 1914, "una provincia serbia";
- las minorías serbias en Croacia, Bosnia y Voivodina se convierten en los pilares del nuevo Estado en las regiones del ex-Imperio austríaco, para lograr a través de ellas, el control de los croatas, musulmanes y húngaros;
- los croatas deben aceptar el "nuevo orden" y someterse a él;
- las otras minorías nacionales han sido convertidas en ciudadanos de segunda zona y su lugar en la sociedad es el estar al servicio de Serbia.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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