Serbia y las otras naciones.- Croacia

Los croatas, al asegurar su propio renacimiento nacional en los años 1840 y al crear el movimiento ilirio, buscarán también a extender dicho movimiento entre las otras naciones del espacio balcánico, sobre todo en Serbia: Pero la clase dirigente serbia, teniendo ya el proyecto de una gran Serbia que dominarla hasta Constantinopla, no les interesaba en absoluto las ideas paneslavistas como las que existían en Rusia, ni las del Movimiento ilirio que preconizaba una asociación o confederación de países balcánicos, que incluía a las naciones eslavas que permanecían dentro del Imperio de Austria-Hungría-Croacia, y también a los que estaban bajo la dominación otomana además de Montenegro y Serbia, la que gracias a Rusia, había obtenido su autonomía política. Ya sabemos que los objetivos serbios eran el de convertirse en un imperio en los Balcanes y llegar a ser la cuarta Roma. Sería una de las potencias dominantes en Europa junto a Rusia, Alemania, Francia e Inglaterra. El vacío que tenía que dejar el Imperio austríaco, sería ocupado por Serbia.

A principios del año 1860, se efectúan una serie de acercamientos entre Serbia y Croacia, los que terminarán en fracaso. El mismo resultado tendrán los trabajos efectuados por una comisión mixta de políticos croatas y serbios, que en 1861 intentan la creación de una sola lengua literaria. Los serbios intentaban imponer su dialecto oriental por sobre el de Bosnia ya adoptado por los croatas, y la escritura cirílica que los croatas no podían aceptar. Detrás de este problema lingüístico, estaba no solo el interés serbio de imponer su lengua a los croatas, sino también el de llegar a imponerles su identificación nacional serbia en detrimento de la identidad nacional croata. Ya Vuk Karadžić y sus émulos serbios, defendían la teoría de las "tres tribus" eslavas del sur (serbios, croatas, eslovenos), todos componentes según ellos, de una sola gran nación serbia. "Todos los ortodoxos que viven en los países balcánicos, son serbios", era la "idea" que transmitían juntos la iglesia ortodoxa serbia y los hombres tanto políticos o culturales al estilo de Vuk Karadžić. En los anos 1860, todos los ortodoxos y comprendidos los valacos, "adquieren la conciencia nacional serbia". Un voto del Sabor de Zagreb, en 1861, reconoce este hecho y los nuevos serbios obtendrán los mismos derechos políticos, culturales y religiosos que los croatas en Croacia.

Strossmayer, el obispo croata, continúa defendiendo su idea yugoslava, tanto en el plano cultural - creación de una Academia yugoslava en Zagreb - y en el plano político pidiendo ir a una confederación de naciones eslavas del Sur, antes de abandonar esta idea en los años 1880 como irrealista, al darse cuenta de las verdaderas intenciones hegemonistas de los serbios tanto de Croacia como los de Serbia. A pesar de que la minoría serbia que vive en Croacia, gozaba de todos los derechos y libertades, estaba siempre dispuesta a apoyar medidas que atentaban en contra de Croacia. Su política de alianzas con el movimiento italiano en Dalmacia, su sostén a las políticas de Hungría o Austria, el apoyo dado a la política de Serbia y aún más, las pretensiones crecientes en Croacia en el plano político, cultural y religioso, comienza a provocar en el pueblo croata, primero desconfianza, seguido de algunos conflictos políticos que se van transformando en una hostilidad cada vez más abierta hacia la minoría serbia, lo que desembocará en una guerra civil en 1941. En Croacia, el partido nacional croata de Starčević y Kvaternik abandona a fines del siglo XIX toda idea de una posible alianza con los serbios, negando incluso la existencia de una nación serbia, de la cual una buena parte eran Valacos, como una manera de desquitarse por la negación de la nación croata por parte de los serbios. Después de 1918, la vanguardia de esta lucha en contra la hegemonía serbia, será retomada por Esteban Radić, quien será asesinado en el Parlamento de Belgrado en 1928. De 1930 a 1945, será Ante Pavelić quién estará al frente de esta lucha inspirada por las ideas de Starčević, y que serán continuadas a partir de 1945 por los comunistas croatas en la Yugoslavia de Tito hasta 1990. Ante la agresión serbia de 1991, será Franjo Tudjman y toda la clase política croata que permitirá que Croacia conquiste al fin su independencia real.