1986-1989, Milosević y la "revolución cultural" serbia
En 1966 en China, Mao Tsetung inicia un entusiasta movimiento de masas para lanzarlos al "asalto de todos los poderes existentes", (salvo el suyo), y hace eliminar sus adversarios no ya por la policía, sino por revolucionarios enardecidos como en los primeros días de la revolución. A esto se le llamó "la revolución cultural china". Es el método que copiará Slobodan Milosević a partir de 1986, en la república de Serbia, de la cual es el presidente de la Liga de los comunistas. El primer acto político después del Memorandum es la elección sorpresa, de Slobodan Milosević y que equivalió a un pequeño golpe de estado dentro del partido, y éste será el hombre designado por la "junta secreta serbia" para la realización del programa político que permitirá la restauración de la Gran Serbia.
Para llegar al puesto de Presidente de Serbia, elimina a su antiguo camarada Iván Stambolić, que estaba en dicho cargo. Milosević se apoya para esto en la potente máquina partidaria, como también en los nostálgicos del centralismo, y sobre todo en la mayoría de la opinión pública de Serbia, convertida al nacionalismo. Stambolič, en cuanto a él, no cuenta sino con el periódico - Política- y sobre ciertos círculos de intelectuales liberales de Belgrado. El escándalo financiero de Agromerc, salpica al presidente serbio Stambolić; Milosević aprovecha la ocasión y obtiene la dimisión del presidente en un pleno del partido en septiembre de 1987, e inicia en seguida las purgas en la organización partidaria. Las primeras víctimas serán los periódicos de -Política-, que habían sostenido las orientaciones liberales y anti nacionalistas de Stambolić, quien será enviado a un exilio dorado, mientras que los periódicos se convertirán en instrumento principal de la propaganda de Milosević. Apoyándose en el ala nacionalista de los intelectuales serbios, logra apartar del partido a todos sus opositores, reales o supuestos, lo que no deja de recordar las políticas de Tito y Stalin.
El documento nacionalista llamado "El Memorandum" es mal recibido por los dirigentes comunistas, ya que podría convertirse en una amenaza para el sistema; Milosević al contrario, sin referirse abiertamente a su texto, sabrá utilizarlo para movilizar las masas y asegurar su poder. Se lanza asi primeramente contra los privilegios de la nomenclatura (el círculo del partido y del Estado, que se benefician de su influencia) creadores a su vez de la burocracia corrompida. En segundo lugar, crea el "Comité por la protección de los serbios y Montenegrinos del Kosovo", que se encargará de organizar numerosas manifestaciones durante todo el año de 1988, a fin de propagar sus ideas (las de Milosević) y expresar el apoyo del pueblo serbio a la política de Belgrado (la política de Milosević) y a la causa del pueblo serbio del Kosovo.
Dos de estas manifestaciones se destacarán sobre el futuro de Yugoslavia:
- la del 6 de octubre de 1988, en la que los dirigentes de Voivodina son obligados a renunciar bajo la presión de los manifestantes orquestados por el Comité, y son reemplazados por fieles a Milosević;
- un escenario idéntico se desarrolla en Montenegro, en donde el Comité organiza una manifestación para oponerse al plan de austeridad del gobierno federal Mikulić, a fin de provocar la caída del gobierno montenegrino y reemplazarle por partidarios del nuevo líder serbio.
Milosević utiliza con éxito la retórica populista y nacionalista, encontrando en una población descontenta por las desastrosas condiciones económicas y sociales un terreno propicio para sembrar sus ideas. Esto no solo le permite llegar al poder y mantenerse, sino también, controlar las Provincias autónomas y Montenegro, y extender su influencia al resto de la federación yugoslava. En febrero de 1989 hace votar un cambio en la Constitución mediante el cual arrebata a las provincias su poder legislativo y establece a la Corte suprema de Serbia como jurisdicción suprema de las dos provincias. Al dirigente comunista kosovar albanés Azem Vlasi se le hace renunciar de sus funciones, y hombres de Milosević le reemplazan a la cabeza del Kosovo.
Para bien marcar esta retoma en mano de la provincia por el poder serbio de Belgrado, una monstruosa manifestación se organiza en la capital, el 28 de junio de 1989 (Vidovdan), para festejar los 600 años de la batalla perdida del Kosovo. Batalla que "marcó el fin de la independencia del Estado medioeval serbio, pero también un momento de resistencia heroica a la expansión del Imperio otomano hacia la Europa occidental" -Occidente "salvado" por la heroicidad serbia- es el mismo discurso que tendrá Karadžić, para explicar las masacres de bosnios musulmanes durante el asedio de Sarajevo por sus tropas durante 1994.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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