Friday, 13 January 2017

107 - Serbia, entre democracia y represión - 2000 Años de historia de Croacia

Serbia, entre democracia y represión


Las elecciones parlamentarias habidas en Serbia en diciembre de 1990, dan el triunfo a Milosević y una gran decepción a la oposición serbia, que esperaba también dar un paso a la verdadera democratización tal como ya lo habían dado Eslovenia y Croacia. La oposición, fuerte en las grandes ciudades, es débil entre los campesinos, manipulados con consignas nacionalistas por el partido gubernamental, que cuenta con el control total sobre los medios de comunicación, como la televisión y la prensa. En la ciudad, la oposición está basada en los intelectuales serbios y en la masa estudiantil, que se da cuenta que sus líderes le llevan a la guerra y a la miseria. Desafortunadamente para ellos, en Serbia aún no nacía una clase dirigente renovada y con verdadero espíritu democrático. Los líderes opositores a Milosević, son aún más nacionalistas y descabellados en sus ideas hegemonistas que la gente del partido socialista serbio. Uno de los principales jefes de la oposición, Vuk Drasković, del movimiento -Renovación-, no critica la idea de lograr la unión de todos los serbios en un solo Estado, sino los medios para obtenerla: el recurso a la fuerza, la intervención del ejército en la vida política y el control de la libertad de expresión. El grupo de Drasković organiza el 9 de marzo en Belgrado, una jornada de protesta no autorizada contra el gobierno, a la cual asisten cerca de 100'000 manifestantes, y en primera fila los estudiantes y sus profesores. Las demandas principales son la dimisión del presidente Milosević y su gobierno así como el cambio de los principales responsables de la televisión.

El gobierno lanza a la calle a la policía y al ejército, con tanques y blindados; hay dos muertos y 90 heridos. Se efectúan numerosas detenciones, entre ellas la de Drasković, que son liberados más tarde. Durante numerosos días, los estudiantes saldrán a la calle y enfrentarán a la policía. Vuk Drasković, continuará en su lucha oposicionista, y será nuevamente arrestado y liberado, pero en 1998, como por arte de magia, aparece como ministro de Milosević y defenderá la política represiva de Serbia contra el pueblo Albanés del Kosovo. El partido de Milosević, organiza también una manifestación de apoyo al gobierno, y utilizando todos los medios que le da el poder, trae partidarios de toda Serbia a Belgrado, en donde reúne a 300'000 manifestantes que aclaman a los líderes socialistas y su política para devolver la "grandeza perdida" al pueblo serbio. Reciben un mensaje de Milan Babić, en el cual anuncia el apoyo de los serbios insurgentes de la Krajina a Milosević, como el jefe de todos los serbios.

Intentos de golpe militar


El gobierno serbio intenta transferir al ejército el poder federal. Pide primero a la presidencia rotativa la introducción de "medidas de urgencia" para legalizar el traspaso a las fuerzas armadas federales. Tal solicitud es rechazada por los cuatro miembros no serbios de la presidencia y es cuando el representante serbio Borisav Jovic renuncia a su cargo diciendo: "no deseo ser cómplice de decisiones que, atando las manos del Ejército, llevan a la destrucción de nuestro país". Dimisiona por lo tanto el 15 de marzo. Los otros tres miembros del bloque serbio le siguen: el de Voivodina y el de Montenegro que lo hacen por su propia decisión, no así el de Kosovo, quien es simplemente retirado por el gobierno de Serbia.

Al paralizar la presidencia federal, Milosević calcula de que el poder sería tomado forzosamente por las fuerzas armadas, la única institución yugoslava existente aún. Pero, no contaba con que el general Kadijević, algo más prudente que su aliado, y más legalista, juzga que no es el momento oportuno. Especialmente toma en cuenta que ante los ojos de los gobiernos europeos occidentales, la toma del poder federal por el ejército sería visto como un golpe de Estado; y ya la Comunidad Económica Europea (CEE) les había hecho saber que un golpe militar en Yugoslavia les traería sanciones económicas, como en 1980 a Turquía. El Ejército rechaza por lo tanto intervenir, Jović y sus colegas vuelven atrás y retiran sus dimisiones el 21 de marzo de 1991. La presidencia federal continuará como antes, pero ya había demostrado su total fragilidad y ella no vivirá más de dos meses.


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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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