CROACIA Y LOS CROATAS
Croacia emergió como un Estado nacional unificado en el año 925 d.C. y pasó a formar parte, a través de una unión personal bajo un rey común, de lo que llegaría a ser el Imperio Austro-Húngaro en el siglo XII. A través de toda la historia del Imperio, Croacia mantuvo diversos grados de autonomía con su propio Ban o Virrey y su Sabor o Parlamento, que se reunió por primera vez en el año 679 d.C.
Después de la Primera Guerra Mundial, Croacia fue absorbida por el nuevo Estado artificial que se llamaría Yugoslavia. En el período entre 1918 y 1941 la primera Yugoslavia fue apenas poco más que una extensión de Serbia con un rey serbio, desde la capital serbia, Belgrado, con leyes serbias. Esa fue la primera vez en la historia en que serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos y macedonios vivieron juntos en un Estado común. La historia de la Yugoslavia monárquica está marcada por la brutal suspensión de los derechos políticos, humanos y civiles croatas.
La nación croata se reunió alrededor del Partido Campesino Croata cuyo líder, Stjepan Radic, un gran pacifista, era ya avanzado en edad y casi ciego. Radic, junto con otros cuatro líderes croatas, fue baleado por un diputado serbio en el piso del Parlamento en el año 1928.
El rey serbio, Alexander Karageorgevic, agravó la situación proclamándose a sí mismo dictador absoluto y proscribiendo a todos los partidos políticos. El diputado croata Ante Pavelic formó entonces el Movimiento Croata de Liberación Ustase ("Insurgente"), para obtener la independencia por la fuerza. Alexander fue asesinado en 1934, siendo sucedido por su primo, el príncipe regente Pablo, quien era medio ruso, había sido educado en Oxford, y tenía poco interés en la política o en Yugoslavia.
La Segunda Guerra Mundial
Entre 1934 y 1941 Yugoslavia se acercó a Hitler bajo el liderazgo de Milan Stojadinovic, quien formó sus propias tropas de choque y adoptó el título de Vodja o Fuhrer. Posteriormente, el premier Dragisa Cvetkovic llevaría a Yugoslavia a unirse al Eje, apoyando a Hitler y Mussolini, el 24 de mayo de 1941. Casi inmediatamente tuvo lugar un golpe militar producido por dos generales serbios de la Fuerza Aérea, quienes contaron con la ayuda del Servicio Secreto británico.
Hitler ordenó la inmediata conquista de Yugoslavia, ya que para él era inaceptable una situación de inestabilidad en su flanco sur, en vísperas de la invasión a la Unión Soviética. El ejército, dominado por los serbios, se rindió sin presentar resistencia. El Gobierno y la familia real serbios huyeron a Gran Bretaña llevándose oro por cifras millonarias, para establecer un gobierno yugoslavo en el exilio, que culpó a los croatas por la guerra y la derrota.
Los ustase de Pavelic tomaron inmediatamente el control de Croacia, incluyendo a Bosnia y Hercegovina. El nuevo Estado croata fue dividido en dos zonas de ocupación, una alemana y otra italiana, mientras que Italia, directamente anexó grandes partes de la Dalmacia croata. Italia declaró a Croacia un reino italiano, y hasta nombró un monarca, quien nunca pisó su supuesto territorio. El Estado croata, conocido por sus iniciales croatas de NDH, nunca tuvo control total del país, pero montó una dura resistencia contra los monárquicos serbios cetniks y los partisanos, que estaban dirigidos por los comunistas.
El Estado croata también envió unidades aéreas, navales y de infantería para luchar en el frente ruso. La mayor parte de la infantería pereció en Stalingrado. Serbia se transformó en un Estado títere nazi bajo el mando del general Milan Nedic, quien intensificó la persecución contra judíos, gitanos y croatas que había comenzado con el régimen monárquico antes de la guerra.
El 22 de junio de 1941 -fecha que ahora es fiesta nacional en Croacia- una unidad de 40 partisanos croatas lanzó un ataque contra fuerzas de ocupación en las cercanías de la ciudad croata de Sisak. Este hecho marcó el comienzo de la primera más larga y única exitosa guerra de liberación contra los nazis. Los partisanos, dirigidos por un croata, Josip Broz ("Tito"), eran mayoritariamente croatas en número. Para 1943 cerca de 300 mil partisanos habían liberado grandes zonas de Croacia y Bosnia, estableciendo un Estado que fue reconocido al año siguiente por los aliados como el Gobierno legal.
Si bien los partisanos estaban integrados con combatientes de todas las nacionalidades, sólo dos divisiones eran serbias, una montenegrina, siete bosnias y once croatas. La mayor parte del liderazgo de los partisanos era comunista y el Partido Comunista -que estaba proscripto- contribuyó con la estructura organizacional necesaria para salir victoriosos. Empero, el 95 por ciento de los partisanos eran campesinos no comunistas y obreros de todas las tendencias políticas, especialmente miembros del Partido Campesino Croata. Todos ellos lucharon por la promesa de una Croacia democrática y autónoma, dentro de una nueva Yugoslavia federal.
Cientos de miles perecieron en la multifacética guerra entre partisanos, alemanes, italianos, croatas y varias fuerzas serbias. A medida que la guerra se acercaba a su fin, miles de cetniks se pasaron en masa a los partisanos. Mientras el reciente conflicto en Croacia y Bosnia, que frecuentemente es llamado "guerra civil" sin serlo, la Segunda Guerra Mundial fue realmente una guerra civil, con primos peleando contra primos y hasta hermanos contra hermanos.
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