CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos HumanosM. Landercy
INDICE
- Prefacio
- Introducción
- Capítulo I: La patria del Cardenal Stepinac
- Capítulo II: País natal
- Capítulo III: Encuentro de la vocación
- Capítulo IV: Coadjutor del Arzobispo de Zagreb
- Capítulo V: Monseñor Stepinac, Arzobispo de Zagreb
CAPITULO VI: EN MEDIO DEL CAOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En el inicio de la segunda guerra mundial
Después del "Anschluss" de 1938 por el cual Alemania anexó Austria, y después del pacto de no agresión firmado entre Hitler y Stalin el 23 de agosto de 1939, los alemanes perpetraron la agresión contra Polonia. En 1940 se producirá la invasión a Bélgica y Francia. Jóvenes intelectuales croatas con Ante Pavelic a la cabeza, impulsaban el proyecto de una Croacia independiente. Necesitaban para concretarlo un fuerte apoyo; a falta de otro, se inclinaron hacia Mussolini y la Alemania de Hitler.
Hitler prometió Salónica a Belgrado, si Yugoslavia entraba en el pacto, lo que Yugoslavia concretó efectivamente el 25 de marzo de 1941 (9).
Este hecho provocó gran descontento en todos los sectores. El gobierno de Belgrado fue obligado a dimitir el 27 de marzo de 1941. Un nuevo rey, Pedro II tomó el poder. Pero Berlín consideró este hecho como una provocación y atacó Yugoslavia el 6 de abril de 1941. La guerra duró sólo diez días pero, a causa de los bombardeos, fue devastadora. Hitler quería compartir Yugoslavia con los húngaros y los italianos (10).
Estado croata independiente
Cuando Pavelic fue puesto al corriente, elevó una protesta ante Mussolini. Este último pidió inmediatamente, por teléfono, a Hitler, que permitiera la creación de un Estado Independiente de Croacia. En compensación, Mussolini reclamó "derechos" sobre Dalmacia. Aunque Pavelic quería la unidad de todos los países croatas, tuvo que ceder ante Mussolini. El nuevo Estado fue proclamado el 10 de abril de 1941. Hitler estaba interesado en Croacia desde el punto de vista estratégico, por ello, nombró en Croacia a uno de sus generales, que simpatizaban con el Estado Independiente de Croacia.
Los italianos continuaban reclamando derechos sobre la costa dálmata y, en ese sentido, Alemania firmó, a través de la persona de este general, un contrato con Italia en mayo de 1941. El 22 de junio, el Reich atacaba a la U.R.S.S. sin declaración de guerra. Durante esta guerra entre Alemania y Rusia, Croacia se convirtió en un campo de batalla: los serbios, organizados en agrupaciones de Tchetniks y comandados por Draza Mihailovich, ocuparon Montenegro desde donde atacaron varias regiones croatas, particularmente Bosnia y Hercegovina y allí se dedicaron a robar y asesinar a los croatas, tanto fueran católicos como musulmanes. A la defensa de los croatas, los serbios respondían con mayor saña. Se desató así la guerra.
En este momento los Partisanos comunistas se organizaron como guerrilla en torno de Tito, tomando partido por los Aliados. Los partisanos comenzaron a matar a los alemanes pero éstos respondían matando diez civiles croatas por un alemán. Estas represalias provocaron la huida intempestiva de muchos hacia la guerrilla. El pequeño Estado Croata que estaba en el alba de su independencia, se debatía ya en medio de una guerra civil: la traición se condenaba cruelmente entre los soldados, aquellos que saqueaban sufrían la venganza. Estas calamidades golpearon también a las tropas de ocupación italianas, alemanas y húngaras al igual que a los serbios e incluso a los partisanos comandados por Tito. Este, con la ayuda de los Aliados, organizó la represión. Tito proyectaba organizar un nuevo Estado comunista, la República Yugoslava, pero convenció a los Aliados, asegurándoles que querían liberar el país y organizar posteriormente elecciones libres.
(9)Cf. Andreas Hillgruber: Las entrevistas secretas de Hitler, Fayard, París, 1969, pág. 495.
(10)Op. cit. passim..
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- Capítulo VII: Monseñor Stepinac en la Yugoslavia de Tito
- Capítulo VIII: Ante el tribunal comunista
- Capítulo IX: Stepinac en la prisión y en detención
- Capítulo X: En el ocaso de su vida
- Capítulo XI: Ecos después de su muerte
- Capítulo XII: Algunos testimonios
- Epílogo
- Anexos
- Bibliografía
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