CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos HumanosM. Landercy
INDICE
- Prefacio
- Introducción
- Capítulo I: La patria del Cardenal Stepinac
- Capítulo II: País natal
- Capítulo III: Encuentro de la vocación
CAPITULO IV: COADJUTOR DEL ARZOBISPO DE ZAGREB
El Arzobispo de Zagreb
El obispado de Zagreb fue fundado por el rey San Ladislao en 1094 para reemplazar el antiguo obispado de la ciudad de Siscia (304-535), actual ciudad de Sisak. En su magnífica obra: El arte sagrado en Croacia (ed. Spektor, Zagreb, 1971) los profesores Antun Ivandija y Dusko Keckement afirmaban: "Zagreb entra en la historia con la creación de su obispado hacia 1094. En el momento de la extinción de la dinastía croata reinante y de la llegada de los Arpadovic al trono croata, el centro político y cultural de los croatas se desplazó de Dalmacia hacia Croacia superior donde Zagreb se convirtió en la Sede de los Obispos. Antaño, Zagreb era una ciudad parroquial fortificada que no tenía gran influencia en la vida y el desarrollo de los croatas. Al convertirse en sede del obispado, Zagreb se transformó al mismo tiempo en centro cultural, artístico y particularmente religioso. La creación del obispado fue acompañada por la creación de una iglesia episcopal: la catedral. La catedral de Zagreb se levanta entre los más viejos monumentos de la arquitectura sagrada conservados hasta nuestros días en Zagreb. Su edificación comenzó después de la creación del obispado y finalizó en 1217. Aquel año, al partir para las Cruzadas, el rey húngaro-croata Andrija II pasó por Zagreb y, en esa ocasión, hizo consagrar la nueva catedral construída en el estilo románico de transición con dos campanarios sobre su fachada..." En 1242, gravemente dañada por los tártaros y luego en 1880 por un terremoto, fue finalmente reconstruida en estilo gótico. El Papa Pío IX elevó, el 11 de noviembre de l858, el Obispado al rango de Arzobispado. Este es uno de los grandes diócesis croatas: cuenta con cerca de dos millones de fieles.
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Buscando con tenacidad, terminó por encontrar los medios para actuar moral y materialmente. El día del 25 aniversario de su episcopado, todos los Obispos del país redactaron una declaración común, reconociéndolo como uno de los más grandes y de los más meritorios Obispos.
Mons. Stepinac - Coadjutor del Arzobispo
Cuando se cumplió el 70 aniversario del Arzobispo Bauer en 1926, se empezó a hablar seriamente del eventual nombramiento de un Arzobispo coadjutor. No faltaban candidatos meritorios, pero todos eran rechazados, ya sea por el poder del Estado, ya sea por el propio Santo Padre, o bien el Arzobispo rechazaba los candidatos propuestos por el poder civil. Esta situación se extendió hasta 1933.
El Arzobispo Bauer observaba la vida y actuación del joven Stepinac, quien, en aquel momento, se ocupaba del ceremonial y pensaba en él. Pero Stepinac tenía sólo 36 años ¡Y sólo tres de sacerdocio! Para poder proponerlo como candidato era necesario contar con una dispensa de Roma. El Arzobispo Bauer comenzó, entonces, los trámites administrativos con tal fin.
El abate Stepinac estaba lejos de conocer las tramitaciones emprendidas por su Arzobispo a este respecto. Preguntado en el curso de un viaje sobre un sacerdote franciscano para la nominación del Coadjutor, simplemente respondió: "Una sola cosa es segura: no será ni Ud. ni yo".
En el Vaticano, por consiguiente, el Secretario de Estado pidió informes sobre Aloysius Stepinac al Germanicun. Todos los informes sobre el joven sacerdote, cuya conducta había sido siempre ejemplar, eran muy elogiosos. Por otra parte, sus antiguos colegas de Seminario lo consideraban como un santo. Los informes provenientes de su país lo elogiaban por igual. Cuando algo no marchaba, era Stepinac el elegido por el Arzobispo Bauer para solucionar los problemas, como en el caso de ese pueblo convulsionado y excitado por un mal sacerdote (pueblo de Zelina citado anteriormente). A su paso y por sus acciones surgía siempre la paz.
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- Capítulo V: Monseñor Stepinac, Arzobispo de Zagreb
- Capítulo VI: En medio del caos de la Segunda Guerra Mundial
- Capítulo VII: Monseñor Stepinac en la Yugoslavia de Tito
- Capítulo VIII: Ante el tribunal comunista
- Capítulo IX: Stepinac en la prisión y en detención
- Capítulo X: En el ocaso de su vida
- Capítulo XI: Ecos después de su muerte
- Capítulo XII: Algunos testimonios
- Epílogo
- Anexos
- Bibliografía
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