Inserción de
Croacia en el sistema de transporte europeo
Luka Rijeka |
La Unión
Europea es un espacio de libre circulación, al que ahora se suma Croacia en
forma total. Tanto el transporte terrestre como el tránsito aéreo del
continente amplían su geografía. El cambio más destacado que aporta el
territorio del estado nº 28 es la propia Dalmacia. En efecto, ahora la UE abrazó
el Adriático, y lo hace a partir de los puertos croatas.
Europa central
posee básicamente dos opciones para acceder al transporte marítimo para carga
contenerizada: el Mar del Norte/Báltico y el Mediterráneo. En el primer caso,
la oferta se concentra en Hamburgo, Rotterdam y Amberes. Estos puertos sufren
severos problemas de congestión en sus accesos terrestres, ya que manejan
volúmenes gigantescos. El puerto de Rijeka, en cambio, maneja hoy volúmenes muy
reducidos y posee condiciones para crecer, ofreciendo accesos carreteros y
ferroviarios libres de demoras que aumentan los costos y deterioran la
previsibilidad en la cadena logística. El puerto de Rijeka entonces tiene la
posibilidad de convertirse en polo de exportación de servicios de transporte.
El ingreso de
Croacia a la Unión pone la mirada de todo el continente sobre el país, y por lo
tanto también en el puerto de Rijeka. Posicionar sus mayores facilidades en el
radar de exportadores y operadores logísticos se convierte, de esta forma, en
una tarea que involucra múltiples actores. Desde el punto de vista diplomático,
los itinerarios terrestres, por un lado, y los marítimos, por otro, resaltan la
importancia de las vinculaciones con una serie de países. Desde el punto de
vista del transporte terrestre, en primer lugar debe recibir atención la
cooperación con Hungría, Eslovaquia y Austria. Rijeka está ahora plenamente a
su disposición, y es de interés mutuo facilitar el tránsito de camiones en todo
el trayecto, así como la visibilidad de las operaciones en el reciento
portuario. En este sentido, debe facilitarse la presencia gubernamental de
estos países en el propio puerto, poniendo a disposición instalaciones para el
trabajo de los funcionarios de los respectivos consulados. A la inversa puede
decirse que el Gobierno croata debe atender las condiciones de trasbordo en
Gioia Tauro (Italia) y Algeciras (España), e incluso explorar las condiciones
de uso del Canal de Suez, aunque esto último puede remitirse al largo plazo.
Sin embargo la
tarea más importante será mostrar las ventajas de Rijeka a los usuarios. Es
cierto que esto depende de alguna tarea de marketing, participación en ferias,
etc. Pero sobre todo dependerá de lo que efectivamente encuentre el conductor del
camión durante su trayecto: estaciones de servicio y de peaje donde se hable su
idioma y policía y servicios de emergencia que tampoco le pidan hablar en un
idioma que no sea el suyo. Esto es difícil, a mediano plazo y dependiente de un
plan permanente de gestión. Pero si se lo logra, facilitará en forma concreta
el proceso de transporte: si quien está a cargo del camión se siente
bienvenido, este también será un servicio de transporte para ser ofrecido a los
demás miembros de la UE.
Es notable la
cantidad de servicios regulares que atienden Rijeka, así como la resiliencia
que ha mostrado el flujo de contenedores ante la crisis desde 2008. Sin duda,
esto refleja la necesidad de que el Adriático cuente con una nueva puerta al
centro de Europa. Rijeka y las carreteras que la alimentan se convierte en
embajadora de Croacia ante Europa.
Marcelo E. Lascano Kežić, MSc
Buenos Aires
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