Monday, 22 July 2013

Aspectos histórico-políticos: La Segunda Guerra Mundial en los Balcanes

Aspectos histórico-políticos: La Segunda Guerra Mundial en los Balcanes *


Prvislav Weissenberger

Studia Croatica, Año XVII – Octubre – Diciembre 1976- Vol. 62-63


La Segunda Gran Guerra (1939-1945) tiene un aspecto verdaderamente mundial, habiendo logrado movilizar todos los recursos materiales y humanos del planeta. Los espectaculares adelantos técnicos, que le precedieron y acompañaron, añaden nuevos elementos a la estrategia y táctica de los combates que afectan en creciente proporción aún a la población civil.
En cuanto al escenario balcánico, aunque se le considere como frente "secundario" [1], la experiencia que ofrece es aleccionadora, pues en él se registran los más variados matices de la guerra en su forma contemporánea:
1) La guerra a la vieja usanza, en Albania, donde Italia, al contrario de los cálculos previstos, tenía que aguantar durante seis meses una guerra de posiciones frente al ejército griego, que no sólo prestó una resistencia tenaz sino que tomó la iniciativa para avanzar en Albania[2];
2) la "guerra relámpago" de Alemania, asociada con Bulgaria, en la campaña contra Yugoslavia y Grecia, en abril de 1941, desencadenada simultaneamente[3] y a continuación:
3) un episodio nuevo, y único en su género: la ocupación de la isla Creta; en una audaz empresa de los paracaidistas alemanes con armas ligeras, imponiéndose a la defensa de ias fuerzas británica y griegas, aproximadamente parejas, apoyadas por la flota británica, la que facilitó el rescate de una buena parte de los defensores[4];
4) la guerra naval. Sobresalieron en ella por su importancia la batalla de Matapán, el 28 de marzo de 1941, en la cual la flota británica, apoyada por portaaviones y las fuerzas aéreas, maniobrando desde las bases griegas, y disponiendo de la ventaja sobre su adversario en el uso del radar, consigue, en un combate, infligir a la marina italiana pérdidas muy elevadas, las que difícilmente pudo subsanar en el ulterior curso de la guerra [5];
5) la guerra en el desierto de Libia y Egipto[6], sincronizada en parte con las operaciones en los Balcanes;
6) la guerra de la guerrilla o partidas, en su varios matices: desde la resistencia a las fuerzas de ocupación, bajo diferentes divisas, hasta la guerra civil en diversas regiones balcánicas, pero de mayor desarrollo y envergadura en las zonas adjudicadas a Italia [7] a lo largo del Adriático —con su hinterland— y el Mar Jónico y Egeo; y por fin:
7) el cambio de frente de los ejércitos búlgaro[8] y rumano[9], que se incorporan a las huestes soviéticas y marchan a la conquista del Centro de Europa para desempeñarse en el asedio y saqueo de Viena en los últimos días de la guerra.
No obstante la variedad de las operaciones bélicas, es quizá más bien en el juego diplomático donde se libran batallas por los Balcanes, imponiéndose a veces el criterio político por encima de las consideraciones estrictamente militares[10] en la conducta, y viceversa.
No extraña, pues, para tomar un ejemplo, que el prestigioso historiador militar inglés, Liddell Hart, somete a una severa crítica los planes del primer ministro Churchill, que llevaron a una serie de desaciertos.
"El teatro de los Balcanes, dice Liddell Hart[11], hacía mucho que fascinaba al Sr. Churchill, desde su aventura, audazmente concebida pero de tan desastrosos resultados en los Dardanelos, durante la Primera Guerra Mundial. Ahora su imaginación se sobresaltaba por la forma en que los griegos habían resistido a Mussolini, y se llenó de ideas para dar a Hitler un bofetón si se atrevía a meter narices en Grecia. Las ansias del Sr. Churchill sobrepasaban las posibilidades prácticas, y daban poca importancia a su estrechez de recursos comparados con los de Hitler".
Esta reflexión de Liddell Hart puede servir de leitmotiv para lo que se desarrolló en el tablero de la política británica, tendiente a arrastrar a Yugoslavia —y si es posible aun Turquía[12] - en el torbellino de la guerra y que ha acarreado a aquel país tantos sufrimientos, y su corolario: el comunismo en Yugoslavia (y en Albania, por añadidura) aunque el país no fuera ocupado por las tropas soviéticas como los otros paises balcánicos: Bulgaria y Rumania (y Hungría).
Este hecho excepcional exige una explicación especial, y, por lo tanto, al caso yugoslavo habría que dedicar más atención aun a expensas de otros países en el mismo escenario.
***
Igual que las tres guerras anteriores que afectan a los Balcanes (en 1912, 1913 y 1914-1945), ni la Segunda Gran Guerra ni el relativamente largo período de 30 años que nos separa de la última conflagración, no han dado, al parecer, una solución satisfactoria, que garantizara una paz incuestionable. Al contrario: es en este espacio, sobre todo, donde hay latentes focos de futuros conflictos. Mas, es siempre aventurado lanzar pronósticos, lo que, por lo demás, no es el papel del historiador; es preferible recurrir a los antecedentes, que nos facilitarán la comprensión de lo acaecido en esta área: lo que caracteriza la historia son cambios continuados, pero a través de los cambios se arrastran elementos constantes que influyen sobre el presente y se deslizan hacia el futuro.

Ver artículo completo en:   http://www.studiacroatica.org/revistas/062/06204.htm                        


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