Sunday, 17 February 2013

La victoria de lo inauténtico sobre lo auténtico (1976)


La victoria de lo inauténtico sobre lo auténtico

Algunas reflexiones con motivo del bicentenario norteamericano
Franjo Nevistić

Studia Croatica, Año XVII – Enero – Junio 1976- Vol. 60-61

"Si, absit omen, Norteamérica fracasa en su actual ordalía, ello representaría un desastre tan grande para sus amigos y asociados como para la propia Norteamérica" (A. J. Toynbee, Los Estados Unidos y la Revolución Mundial, EMECE, Buenos Aires, 1963, pág. 17).
El bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos coincide con un período histórico que plantea y replantea gravísimos problemas no sólo para ese gran país sino también para la humanidad entera. Gravísimos problemas de la más variada índole tanto en el orden político, social, económico, racial y armamentista como también filosófico y religioso. Desde su posición aislacionista (J. Monroe) y su desinterés casi completo por lo que sucedía en el resto del mundo, la política norteamericana pasó a ser el factor decisivo de la política de nuestro planeta en su totalidad. En el curso de doscientos años ha experimentado una metamorfosis tanto interna como también en cuanto al ámbito exterior de su interés. La crisis actual, múltiple en todos los aspectos, que abarca a los pueblos y los Estados del mundo entero involucra en si también un factor expresamente norteamericano esencial sin el cual resulta inimaginable una solución o una salida cualquiera de la misma. Por igual trátase de una salida que nos llevaría hacia horizontes más claros o a una catástrofe general. La presencia y la participación norteamericana son absolutamente imprescindibles.
¿Qué podemos, pues, decir con motivo de un bicentenario de tanta importancia? —• ¿Es posible decir algo nuevo, original?
Después de las "profecías" de un Donoso Cortés, de un Alexis de Tocqueville, de Sainte-Beuve, etc. y mirando la actualidad que está confirmando dichas "profecías" con hechos, no nos sentimos en condiciones de hacerlo. Además, el autor de estas líneas, muy a pesar suyo, nunca estuvo en los Estados Unidos. Todo nuestro "saber y conocer" referentes a aquel gran país descansa sobre algunas opiniones escritas por los observadores de renombre casi universal o sobre lo contado por los hombres con criterio o sin él y que han tenido un prolongado contacto y una rica experiencia con, y en el ambiente natural y social-político norteamericano. No obstante, nuestro interés y deseo de decir "algo", de dar por lo menos enfoque parcialmente nuevo a la realidad norteamericana, persisten, y no se dejan silenciar. Es así que, bajo su presión, llegamos al título del presente trabajo. Nuestro deseo no se aquieta con un toque sólo superficial del problema. La victoria, pues, de lo inauténtico sobre lo auténtico ¿qué es?
Quien tiene cierta familiaridad con la filosofía de Martín Heidegger, comprenderá fácilmente lo que queremos decir. Si bien este artículo no es, o no debería ser, en primer término, de carácter filosófico, consideramos que una posición de esta índole podría proporcionarnos más la luz y la comprensión de la realidad que nos interesa que cualquier enumeración y descripción panorámica de los hechos. ¡Hechos y nada más! Según H. Keysering, esta afición norteamericana, este amor por los hechos sería la más grave "superstición" del pueblo de G. Washington. Una exagerada preocupación por los hechos y una incomprensible despreocupación por su interpretación, por el sentido de los mismos[1].
Sin omitir del campo visual la importancia de los hechos, a nosotros nos interesa más su sentido. De esta manera estamos en el campo de la filosofía y la religión. Como la cadena de los hechos nos lleva de uno al otro casi al infinito, así también el sentido de un hecho nos lleva al de otro, de una casa a la otra hasta el último sentido de todos los hechos y de todas las cosas en general.

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