Dr. ANTE TRUMBIĆ
(1864 -1938)
Creencia y desilusión de un "yugoeslavo"
BOGDAN RADICA
AL INICIARSE este siglo, la política croata fue sometida a grandes pruebas sin que estas quedasen aún suficientemente aclaradas en la historiografía universal. El firme rechazo de la Monarquía Dual y su consecuente transformación en un sistema federal o confederal de los Estados, con el fin de satisfacer a todas las nacionalidades integrantes y, de modo especial, a los pueblos eslavos, se reflejó en la vida política croata. Esta posición afectó no tanto a las amplias capas sociales[1] cuanto al grupo intelectual y a la "élite" política que, mientras por un lado tendía hacia la disolución de la monarquía de los Habsburgo, por el otro proyectaba una amplia unión de los Estados y pueblos de los eslavos meridionales que, sobre las ruinas de la antigua Monarquía, formarían su nuevo Estado.
Las ideas antiaustríacas, antihúngaras y antigermanas fueron sustituidas rápidamente por las tendencias paneslavas y por la unión de los eslavos del Sur. Las nuevas concepciones se encontraban en la creación de un nuevo Estado de los eslavos meridionales que uniría a los croatas, servios, eslovenos, montenegrinos, macedonios y a las regiones de Bosnia, Hercegovina y Dalmacia. Un Estado común, así concebido, salvaría al eslavismo y a todos los pueblos eslavos, protegidos del ímpetu creciente pangermánico, por el poder de Rusia. Esas ideas introducidas en Croacia, procedían de Praga donde, bajo la jefatura espiritual de Tomás Massaryk, se formuló la tesis de la disolución de Austria-Hungría, sobre cuyos fundamentos habría de crearse tanto Yugoeslavia, como una unión de los pueblos checo y eslovaco. Pues, éstos, de la misma manera que los eslavos del Sur, se sentían amenazados por los austríacos y los húngaros. Esa tesis fue favorecida por la transformación de Servia de un bajalato otomano en un Estado bálcanico independiente. El hecho tuvo ponderable atracción no solamente para la intelectualidad croata sino para la minoría servia, que vivía bajo la Monarquía Dual y que prefería una incorporación a la Servia balcánica, a la alternativa de convivir en una comunidad de solución austriaca donde gozarían de la misma igualdad de condiciones que los croatas.
En las tierras croatas, la clase intelectual de Dalmacia participó con un entusiasmo ya netamente mediterráneo en las luchas por la formación de la unidad entre los eslavos meridionales, distinguiéndose de sus compatriotas de la Croacia central y así como de los de Bosnia y Herzegovina. Los croatas de Dalmacia se hallaban bajo la impresión directa de los resultados del "Risorgimento" italiano y, por consiguiente, alimentaban la idea de que únicamente uniéndose con Servia y Croacia, se liberaría de la hegemonía austríaco-húngara y del inesperado y creciente
Bajo una predisposición de ánimo semejante el 17 de abril de 1897 y en el Consejo Imperial de Viena, Trumbić expuso así el problema de nacionalismo imperialista italiano. Hubo un verdadero temor de que este último pudiera amenazar la libertad e independencia del Adriático croata desde Istria, a través del litoral croata propiamente dicho y la totalidad de Dalmacia con todas las islas. Como en aquel entonces la minoría italiana en las ciudades dálmatas se transformaba rápidamente en irredenta italiana, la clase intelectual croata, puesta frente a ese peligro, creía que con la unión de los eslavos meridionales de los Balcanes, se salvaría la integridad nacional y política de los croatas.
A la cabeza de esta política estaba en primer lugar el Dr. Ante Trumbić y le seguían destacados políticos e intelectuales de Dalmacia entre los que sobresalían particularmente el publicista Frano Supilo y el escultor Ivan Meštrović. El Dr. Ante Trumbić había nacido en la ciudad de Split 1864 y se destacó en los estudios de la cultura clásica. Al terminar su carrera jurídica, se transformó en uno de los más prominentes políticos y juristas de Austria. En su juventud había sido partidario del Dr. Ante Starčević, eminente hombre político croata, quien despertó clara y concretamente la conciencia de la idea estatal croata y se constituyó en uno de sus más audaces defensores. De acuerdo con su visión genial y con su experiencia política y su conocimiento de los hechos históricos, mantenía la tesis de la imposibilidad de una simbiosis política entre croatas y servios sin que de ello resultase grave perjuicio e inclusive un peligro para la personalidad nacional croata. Trumbić abandonó sus ideas juveniles en aras de la creación de una comunidad más amplia. No obstante heredó de Starčević no sólo su inquebrantable fe en la independencia croata sino la honestidad cristiana de una conducta y fe catonianas, que siempre distinguió a Starčević dentro del plano político. Toda la oratoria de Trumbić en la Dieta de Dalmacia ostenta las características de la política de aquél. Consciente del juego político de los servios dálmatas, autonomistas e italianos, defendía tenazmente la unión de Dalmacia con Croacia sin la cual no sólo no concebía la subsistencia y expansión nacional, sino la existencia económica de su patria chica.
Como expresión de esa profunda convicción de Trumbić, bajo la influencia de Starčević habremos de referirnos a su declaración del 12 de febrero de 1897 en los debates presupuestarios en la Dieta dálmata de Zadar:
"Soy hijo del pueblo croata, nación desafortunada, pero con alma noble y aguda inteligencia, pueblo que a través de siglos demostró su inclinación por las obras nobles. Si hoy cayó en la desgracia que lo oprime no se le puede culpar de ello. La cultura radica mayormente en las circunstancias adversas que los tiempos fueron acumulando en torno suyo, así como en los maliciosos vecinos que la fatalidad puso a su lado. Los croatas supervivieron no obstante todas las grandes tempestades, y hoy aparecen en la palestra, juntamente con otros pueblos cultos de la tierra, buscando su patrimonio y su libertad. Si algo resulta dulce a un alma noble es la labor por la patria y el empeño puesto en juego para que el pueblo sometido alcance su felicidad. Por esa felicidad del pueblo croata en cuya entraña nací y me crié, ofrezco mis pequeñas fuerzas, imbuido en la inquebrantable fe en nuestra Resurección que ¡ojalá! llegue cuanto antes a fin que los croatas puedan ocuparse por su bienestar con mayor tranquilidad".
Ver artículo completo en: http://www.studiacroatica.org/revistas/032/03203.htm
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