Saturday 15 September 2012

Noticias y comentarios (1972)

Hrvoje Sosic

Noticias y comentarios (1972)

"Los procesos que se están desarrollando actualmente en Croacia constituyen un insulto a la conciencia de las izquierdas en Europa..." (L'Esprit, octubre 1972)
Desde el 1º de diciembre de 1971 -fecha en que Tito efectuó el golpe de Estado-, la característica más saliente de aquel país neostalinista es: depuraciones partidarias y administrativas, destituciones de diputados, jueces o fiscales; la persecución, arrestos, condenas y supresiones de órganos de información. La situación política sigue siendo sumamente intensa. Un grupo de sediciosos intentó en Bosnia -no aclarado por su origen de organización- una rebelión armada. Otro grupo de jóvenes croatas secuestró un avión sueco y liberó a sus amigos, condenados por la muerte del embajador yugoslavo Rolovic. A continuación reproducimos varias opiniones al respecto, tanto de la prensa extranjera como también de dos periodistas croatas:
Le Monde del 10/8/72:
La represión en Yugoslavia
Más de 280 condenas han sido pronunciadas en Croacia por motivos políticos
"Sigue en Zagreb el proceso contra cuatro ex dirigentes estudiantiles croatas. Ivan Cicak, ex vicerrector estudiantil de la Universidad de Zagreb, juzgado por "subversión nacional", rehusó contestar el lunes 7 de agosto al interrogatorio y se declaró inocente en lo que concierne a la huelga de los estudiantes que tuvo efecto en noviembre último.
Sobre la represión y los procesos que siguieron a la destitución en diciembre de varios dirigentes de Croacia, un grupo de intelectuales croatas salidos de Yugoslavia recientemente, nos ha dirigido la siguiente carta:
"La razones principales de ese silencioso golpe de Estado son principalmente de tres órdenes. En primer lugar, hubo un conflicto ideológico -con bastantes implicaciones de orden político- que subyacía desde enero de 1970. Después del alejamiento del stalinista Milos Zanko, vicepresidente de la asamblea federal y miembro del comité central del partido (comunista) croata, se produjo un vasto movimiento de liberalización y de participación de las masas en la vida política. Con el nombre de "mas-pok" -movimiento socialista de masas- los dirigentes políticos de Croacia, y principalmente Miko Tripalo y Savka Dabcevic-Kucar, abrieron un importante capítulo en la historia del socialismo contemporáneo. Sabiendo, según el ejemplo de Checoslovaquia y su propia experiencia, que la reconquista de la personalidad nacional no se puede disociar de la lucha de clases, los dirigentes croatas pregonaron una política de diálogo y de alianza popular en el marco de una descentralización avanzada.
A este intento de afirmación de su genuinidad cultural, política, económica y social se opusieron todas las corrientes contrarias por las que optó también Tito. En consonancia con la formación que Tito recibió en Moscú de 1930 a 1936, por primera vez se opuso abiertamente a los dirigentes de Croacia, afirmando que el partido no tiene ninguna necesidad del apoyo masivo de la población y que fuera del partido 'no hay salvación alguna'.
"El segundo aspecto del conflicto reside en la contradicción entre la tendencia a la autogestión, encarnada en los dirigentes croatas, y la tendencia a mantener el status quo conservador y unitarista, contrario a la descentralización económica. Esta última tendencia es sostenida sobre todo en Serbia, por la burocracia federal, por los bancos y por las empresas del comercio exterior, por el ejército y la policía política.
La presión de los dos grandes
El tercer factor del conflicto fue la presión exterior soviética y norteamericana, provocada principalmente por el carácter alarmista de la prensa de Belgrado y de los representantes diplomáticos yugoslavos, proveniente en su gran mayoría de la vieja escuela conservadora. El sentimiento de "inquietud" originado en Moscú, correspondía, una vez más al de Washington.
Teniendo que arbitrar entre esos dos grupos opuestos, Tito se inclinó por los "duros" y los "ultras" sabiendo que sin ellos -y eso quiere decir sin el ejército y sin la policía política (donde los servios son gran mayoría)- no podría mantenerse en el poder, y no obstante que Croacia y sus dirigentes le fueron siempre fieles. Sólo dos meses antes, en septiembre de 1971, tras un largo viaje por Croacia, había afirmado que "el nacionalismo" croata era una mera invención y que la adhesión popular de Croacia al socialismo era total.
Precisamente, por esta razón, sus acusaciones de "fraccionismo" y de "nacionalismo" contra los dirigentes croatas y la injerencia brutal del poder central en los asuntos croatas, conforme al principio de la "soberanía limitada", fueron amargamente recibidas por la población croata que "durante la primavera croata", por primera vez después de la guerra, se alineó en forma masiva junto a sus dirigentes.

Ver http://www.studiacroatica.org/revistas/046/04610.htm

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