La conjuración del conde Pedro Zrinski y del marqués Francisco Cristóbal Frankopan
Milan Blazekovic
El ocaso de los Zrinski y los Frankopan (Con motivo del tercer centenario de su trágica muerte en Wiener Neustadt,el 30 de abril de 1671)
Desde que Eugenio Kvaternik, conocido hombre político y revolucionario croata, fue electo en 1871 presidente del Comité para la conmemoración del bicentenario de la muerte del conde Pedro Zrinski y del marqués Francisco Cristóbal Frankopan, acaecida el 30 de abril de 1671, en Wiener Neustadt, como trágico epílogo del frustrado intento de defender la constitución de Croacia contra la política de absolutismo, centralización y germanización de los Habsburgo, la nación croata no dejó -con pocas excepciones, por cierto- de conmemorar este acontecimiento histórico. El recuerdo, de estos dos paladines de la libertad de Croacia se convirtió en el transcurso del tiempo en el culto nacional de carácter general.
La primera interrupción de la ya encaminada práctica de conmemorar a los Zrinski y Frankopan ocurrió precisamente en el mencionado año 1871 cuando la corte vienesa suspendió por diez años las libertades constitucionales y la Dieta croata, a raíz de la malograda intentona revolucionaria del mismo Eugenio Kvaternik.
Después, del derrumbe de la Monarquía austro-húngara y del solemne traslado de los restos de Zrinski y Frankopan de Viena a Zagreb, en 1919, las conmemoraciones del 30 de abril no cambiaron mucho su significado anterior. Mientras los círculos gubernamentales servios de Belgrado veían o querían ver en ellas la demostración anti-Habsburgo y por ende una especie de defensa contra el resurgimento de las tendencias pro-Habsburgo en ciertos círculos, austríacos, húngaros y croatas, la nación croata se valía de estas ocasiones para reafirmar su derecho a la libertad e independencia nacional, fuertemente truncadas en la nueva comunidad estatal: el Reino de los Servios, los Croatas y los Eslovenos. Durante la dictadura real (1929-1934) introducida el 6 de enero de 1929 como consecuencia del asesinato de los diputados croatas en el Parlamento de Belgrado, el 20 de junio de 1928, quedaron prohibidas todas las manifestaciones nacionales croatas y consecuentemente también las conmemoraciones del día 30 de abril.
Por fin, después de un intervalo de un cuarto de siglo, que representa la tercera prohibición por motivos ideológicos y político-sociales o sea desde el, año 1945 hasta el año 1970, resurge en el año 1971, a pesar del inoperante régimen comunista y como con secuencia de un despertar del sentimiento nacional en Croacia, el afán de homenajear no solamente a Zrinski y Frankopan, sino también a Esteban Radic con motivo del centenario de su nacimiento y a Eugenio Kvaternik en el primer centenario de su muerte. Se organizaron solemnes actos conmemorativos, simposios y conferencias. Algunos periódicos y publicaciones elogiaron a los héroes de Wiener Neustadt y explicaron el significado de su lucha. "La soberanía política es, por lo tanto, la primera condición para la soberanías económica y cultural y no a la inversa, como la creyeron todos nuestros utopistas hasta el día de hoy" -concluye uno de los comentaristas de un periódico de Zagreb su significativo artículo. Así reabren en Croacia el libro de la historia croata, casi herméticamente cerrado por espacio de 25 años, con el fin de mostrar a las jóvenes generaciones croatas quienes eran las familias de los Zrinski y de los Frankopan, qué valores perennes defendían y cómo y por qué fracasaron en su noble intento.
I. Los Zrinski y los Frankopan
El conde Pedro Zrinski y el marqués Francisco Cristóbal Frankopan grandes descendientes de la más antigua nobleza croata, la que por espacio de seis siglos (participó activamente en la vida política y cultural de la Nación Croata, marcando el rumbo de su historia.
Como primeros, aparecen en la escena política los príncipes de Bribir, de la tribu Subic, una de las doce tribus de la organización tribal de Croacia del medievo temprano. Más tarde, esta organización es sustituida por el sistema feudal que en el territorio croata y húngaro se denomina, "el sistema donatario" y que poseía peculiaridades que lo distinguían del sistema feudal occidental.
Durante la dinastía nacional croata los Subic residen en la fortaleza Bribir cerca de la ciudad de Split, eligiendo de su seno a los "comes" (zupani) del "comitatus" (zupanija) Bribir. En el siglo XIII tienen bajo su dominio todos los territorios entre los ríos Krka y Zrmanja y el mar, como así también las ciudades romanas de Split y Trogir.
Ver el artículo completo en: http://www.studiacroatica.org/revistas/042/04205.htm
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