Friday, 7 February 2020

Andrea Allassia: Por el camino a Zagreb, Hrvatska, te encontré.


Andrea Allassia

Por el camino a Zagreb, Hrvatska, te encontré.


Por el camino a Zagreb de piedras de callecitas angostas veo un sol que se va y me lleva hacia la iglesia de San Marcos y estatuas que seguramente vieron tu sangre partir.
Ese sol de costa brava con olor a mar Adriático que vieron a tus antepasados nacer, que recorrieron con valijas grandes y zapatos gastados de esperanza la lucha hacia algo mejor.
Con el bronce profundo cargado de pensamientos de Nikola Tesla, se abre  un profundo presagio de tu destino, una corriente magnética que viaja por las estrellas y cruza mares azules y continentales hasta llegar a vos, un siglo después.
Sigo iluminada por la penumbra de casas bajas y altas de techos colorados con paredes antiguas, que dibujan rostros viejos, nuevos y dragones en escudos rojos y azules.
Todo cuenta una historia, todo te nombra, tu cara en las pieles de otros, tus rasgos en la recóndita playa de la Isla Brac, donde el viento deja las huellas y sube la marea, para después volver a ser arena dorada con piedras de antiguos oradores de guerras ganadas.
Ahí por el camino veo tal vez tus luchas antepasadas que forjaron carácter, oscurecieron miradas y dieron brillo penetrante a las pasiones, tierra de playas blancas con calas escondidas y mar turquesa.
Mi alma viaja, vuela y se detiene en la isla Proizd, la isla Bili Boci y otras más, puedo hacerlo desde las alturas, puedo bajar, subir, bailar y dar vueltas al son de la música brava de mares antiguos que cantan historias  y callan otras.
Ahí es donde te encuentro , y te ubico justo frente a mi, ya somos dos  pero ahora somos sal, ya no nos movemos, pero hay algo que nos conecta, nos llama y es tu presencia frente a la mía, no hay palabras, sólo miradas.
Nuestros ojos bailan, ya no somos cuerpos, es tu alma y la mía danzando en esa playa y juntos, ellas vuelan y bajan, corren y con libertad se adueñan del aire, no hay dolor, no hay memoria vieja, solo danza y camino, ya podemos volver y saber que solo somos vida.
Vuelvo, por el camino hacia Zagreb, una fuente  particular me devuelve a la vida, está en el centro de la historia, y pienso que todo se repite, todo gira en torno a esa rueda de seres danzantes de bronce que no dejan de soñar y embrujar.
Esa fuente de la vida me dice mucho más, ya no están quietas.
Caminaron al igual que yo por el destino de otras tierras y decidieron sembrar para quedarse.
Por este lugar soñé que te encontraba, eras vos, y esa música, y esa foto, y esos nombres.
Sólo pensé que una fuente, tus ojos, tu piel,  una música, una estatua, un camino a Zagreb y tu nombre tenían mucho en común, y finalmente te encontré.
Lo pensé una tarde  desde mi balcón a miles de kilómetros
Y sentí que estuve allí.

Andrea, Enero 2019.



Estatua de Nikola Tesla en Zagreb, Croacia. (Ingeniero Electrónico, 1853- 1943)



Iglesia de San Marcos, Zagreb, Croacia


La Isla Brac, Croacia.


Fuente de la Vida, Zagreb, Croacia.

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