Andrea Allassia
Por el camino a Zagreb,
Hrvatska, te encontré.
Por el camino a Zagreb de
piedras de callecitas angostas veo un sol que se va y me lleva hacia la iglesia
de San Marcos y estatuas que seguramente vieron tu sangre partir.
Ese sol de costa brava con
olor a mar Adriático que vieron a tus antepasados nacer, que recorrieron con
valijas grandes y zapatos gastados de esperanza la lucha hacia algo mejor.
Con el bronce profundo
cargado de pensamientos de Nikola Tesla, se abre un profundo presagio de tu destino, una
corriente magnética que viaja por las estrellas y cruza mares azules y
continentales hasta llegar a vos, un siglo después.
Sigo iluminada por la
penumbra de casas bajas y altas de techos colorados con paredes antiguas, que
dibujan rostros viejos, nuevos y dragones en escudos rojos y azules.
Todo cuenta una historia,
todo te nombra, tu cara en las pieles de otros, tus rasgos en la recóndita
playa de la Isla Brac, donde el viento deja las huellas y sube la marea, para
después volver a ser arena dorada con piedras de antiguos oradores de guerras
ganadas.
Ahí por el camino veo tal vez
tus luchas antepasadas que forjaron carácter, oscurecieron miradas y dieron
brillo penetrante a las pasiones, tierra de playas blancas con calas escondidas
y mar turquesa.
Mi alma viaja, vuela y se
detiene en la isla Proizd, la isla Bili Boci y otras más, puedo hacerlo desde
las alturas, puedo bajar, subir, bailar y dar vueltas al son de la música brava
de mares antiguos que cantan historias y
callan otras.
Ahí es donde te encuentro , y
te ubico justo frente a mi, ya somos dos
pero ahora somos sal, ya no nos movemos, pero hay algo que nos conecta,
nos llama y es tu presencia frente a la mía, no hay palabras, sólo miradas.
Nuestros ojos bailan, ya no
somos cuerpos, es tu alma y la mía danzando en esa playa y juntos, ellas vuelan
y bajan, corren y con libertad se adueñan del aire, no hay dolor, no hay
memoria vieja, solo danza y camino, ya podemos volver y saber que solo somos
vida.
Vuelvo, por el camino hacia
Zagreb, una fuente particular me
devuelve a la vida, está en el centro de la historia, y pienso que todo se
repite, todo gira en torno a esa rueda de seres danzantes de bronce que no
dejan de soñar y embrujar.
Esa fuente de la vida me dice
mucho más, ya no están quietas.
Caminaron al igual que yo por
el destino de otras tierras y decidieron sembrar para quedarse.
Por este lugar soñé que te
encontraba, eras vos, y esa música, y esa foto, y esos nombres.
Sólo pensé que una fuente,
tus ojos, tu piel, una música, una
estatua, un camino a Zagreb y tu nombre tenían mucho en común, y finalmente te
encontré.
Lo pensé una tarde desde mi balcón a miles de kilómetros
Y sentí que estuve allí.
Andrea, Enero 2019.
Estatua de Nikola Tesla en
Zagreb, Croacia. (Ingeniero Electrónico, 1853- 1943)
Iglesia de San Marcos,
Zagreb, Croacia
La Isla Brac, Croacia.
Fuente de la Vida, Zagreb,
Croacia.
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