- 23 - La literatura croata en el siglo XIX
- 24 - Desarrollo económico y emigración en el siglo XIX
- 25 - Croacia entre 1903 y 1914
- 26 - El poder del Imperio
RESUMEN: -IMPERIOS OTOMANO Y AUSTRIACO - CROACIA Y LOS BALCANES-HERENCIAS CULTURALES
Recordemos que a mitad del siglo XIV, los Turcos cruzan los estrechos y llegan a la península de los Balcanes, dando inicio así, a una invasión que comienza en Grecia y continúa irresistible hacia Albania, Serbia, Bosnia y Rumania. La conquista de Serbia, fue marcada por la Batalla de Kosovo, en la cual luchan juntos serbios y croatas. Los dos principales adversarios el sultán turco Murad, victorioso, y el príncipe serbio Lazar, vencido, perecen ambos durante la batalla. Estos sucesos inspirarán innumerables canciones populares serbias. Los turcos conquistarán primero a los Balcanes y solo medio siglo más tarde, a la capital griega de ese entonces, Constantinopla, la cual cae bajo el poder de Mohamed II, el soberano turco otomano, en el año de 1453. La dominación turca sobre los países eslavos del Sur, durará según las regiones, de cuatro a cinco siglos, durante los cuales los límites del Imperio se irán modificando. En el siglo XVI , bajo el reino de Solimán I, el Imperio Turco llegará a su apogeo. En 1526, los turcos, habiendo atravesado los ríos Danubio y Sava, aplastarán a los húngaros en la batalla de Mohacs, conquistando casi toda Hungría a la cual mantendrán ocupada durante un siglo y medio, hasta 1686. Los turcos lograrán llegar hasta las mismas puertas de Viena, la cual será sitiada dos veces: en 1529 y en 1683. Ante la amenaza Otomana, las regiones que habían logrado hasta entonces rechazarlos, no tuvieron otro recurso que el de unirse. Fernando de Habsburgo es elegido rey de Hungría por la Dieta de Presburgo en 1526, y Croacia por la de Cetin en 1527. Desde entonces, y hasta el siglo XIX, en todo el territorio del Danubio y los Balcanes, solo algunos pocos lugares a lo largo del Adriático escaparán a los dos grandes imperios:
v Dalmacia del Norte bajo Venecia;
v Dubrovnik, república marítima independiente, que pagaba un tributo al sultán;
v Montenegro, un reducto montañoso que resistía a los turcos.
Todo el resto de los Balcanes estaba repartido entre las dos grandes potencias enemigas: los imperios otomano y austriaco, en cada uno de ellos una nación dominante: los turcos y los alemanes. Los invasores Turcos, en su avance hacia Hungría, atraviesan Croacia, a la cual le ocupan Eslavonia al este, y al oeste hacen lo mismo en numerosos puntos de la costa dálmata. Pero no podrán jamás conquistar el corazón de Croacia, su capital, la ciudad de Zagreb, ni los principales puertos del Adriático croata como Split y Dubrovnik.
Desde 1686, a fines del siglo XVII, el imperio austriaco inicia una ofensiva reconquistando Hungría y Eslavonia. Los tratados de Karlovci en 1699, de Pozarevac en 1718 y el de Belgrado en 1739, irá cambiando sucesivamente las fronteras del Imperio austríaco, para fijarlas finalmente sobre el Danubio. Quedando siempre Belgrado y Serbia bajo el yugo turco. El río Sava y los Alpes dináricos dominan el mar Adriático, libres de la presencia turca. Será la frontera que separará a los otomanos de los pueblos cristianos de Occidente y que durará hasta 1878. Pero también marcará una nueva frontera cultural importante: el límite occidental de la presencia islámica.
El Imperio Otomano
Los Otomanos u Osmanlíes, en general, no buscaban convertir a la fuerza a los pueblos que dominaban. A pesar de que transformarán algunas iglesias en mezquitas, no impedirán la práctica religiosa a sus sujetos cristianos e incluso, los dejarán organizarse bajo sus autoridades religiosas. El sistema turco contribuyó a reforzar el sentimiento de identidad nacional de cada uno de los pueblos dominados, identificados a la pertenencia religiosa y no a un territorio particular. Los serbios, a partir de 1557, tendrán su propio patriarca en Peć (Kosovo), independiente del patriarca griego de Constantinopla, y a pesar de que ya no existía Serbia, sí existía una "nación" serbia. Pero con todo, los Turcos seguían siendo los invasores, los dominadores. No importaba cual fuese el grado de autonomía de la que gozaban las comunidades cristianas, los "infieles" seguían siendo un pueblo que no tenía ningún derecho que oponer a las arbitrariedades de la administración turca, a merced de sus soldados o de un simple particular musulmán. No solo el estado turco poseía el poder absoluto en todo el territorio, sino también los sujetos musulmanes, quienes poseían la influencia y la autoridad natural por sobre los cristianos. El testimonio de un cristiano no era admitido en justicia en contra un musulmán. Abusos insoportables en todo orden de cosas, confiscaciones, robos cometidos por soldados, raptos de mujeres, robos de niños cristianos para convertirlos en Jenízaros, masacres y suplicios.
Esta opresión se sintió menos dura en la época en que el imperio turco aún estaba en su etapa de crecimiento y avance hacia el norte, lo que le permitía vivir con el producto de sus rapiñas en los países que iba conquistando. Pero cuando comienza a retroceder y a empequeñecerse, empieza a aumentar la presión fiscal y militar sobre los pueblos a los que domina, y es entonces en que el yugo turco se hace cada vez mas duro. Una de las consecuencias de esta opresión pesarán hasta el presente. La primera, será la introducción de una tercera religión, el Islam. En numerosas regiones del territorio conquistado, vendrán a instalarse los Turcos, vale decir, musulmanes de lengua turca; ellos formarán una clase dominante, propietarios, administradores, artesanos, soldados. Este fue el caso en toda la parte Este de los Balcanes: Bulgaria, Tracia, Macedonia, Kosovo, en donde importantes minorías de lengua turca viven aún, así como en Grecia y en Serbia, de donde ellas serán expulsadas. Más al oeste, en las regiones alejadas del centro del Imperio, cercanas a las fronteras de los Estados cristianos, el Imperio necesitaba de un contingente musulmán más numeroso, y contrariamente a su practica habitual, impulsaba a la conversión al Islam a las poblaciones locales. El pueblo albanés se convierte así en musulmán en su inmensa mayoría, salvo un débil porcentaje que se mantendrán católicos al Norte y ortodoxos al Sur.
Los Musulmanes de Bosnia
En Bosnia, así como en la región vecina de Sandjak, los eslavos se convertirán en gran número al Islam. Ellos forman hoy la mayoría relativa de la población en esas regiones. Estos croatas y serbios musulmanes, que ocuparon bajo el régimen turco una posición dominante, se distinguen desde entonces de sus compatriotas cristianos, católicos y ortodoxos. Durante largo tiempo se designarán ellos mismos por el nombre de "Turcos". Bajo la Yugoslavia de Tito, se les llamará oficialmente como Musulmanes, con mayúscula, para designar su etnia, y en minúscula para indicar su religión. Los Musulmanes introducirán un tercer alfabeto, el alfabeto árabe, con el cual escribirán en croata. Su uso no logrará jamás una gran extensión, pero perdurará hasta mediados del siglo XX.
Desde el punto de vista de la antropología física y cultural, los musulmanes de Bosnia y Hercegovina pertenecen en gran parte al llamado tipo racial báltico, con la característica pigmentación rubia. Al mismo tipo fisico pertenece también la mayor parte de la población croata de distintas regiones. Asimismo, la cultura autóctona de los Musulmanes de Bosnia y Hercegovina pertenece al tipo agrícola (cultura comunitaria), a la que pertenece también buena parte de los demás croatas. Lingüísticamente, los Musulmanes hablan el dialecto croata ikavski, que usan únicamente los croatas y en distintas regiones. También el arte popular de los Musulmanes de Bosnia y Hercegovina es idéntico al de los demás croatas. Sus canciones populares son de carácter amoroso, sentimental y humanista, dirigidas al ser humano y a la naturaleza y luego, en orden secundario, de carácter heroico. Al igual que los demás croatas, los Musulmanes de Bosnia y Hercegovina, desde el punto de vista cultural y político son mucho más afines al Occidente que al Oriente. Consideran que su papel histórico consiste en unir, en la frontera occidental del mundo musulmán, y como parte integrante del pueblo croata, los valores culturales del Oriente musulmán con los valores culturales del Occidente.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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