Monday 30 May 2016

XII. Cardenal Stepinac - Algunos testimonios



CARDENAL STEPINAC: Mártir de los Derechos Humanos
M. Landercy

INDICE

  • Prefacio
  • Introducción
  • Capítulo I: La patria del Cardenal Stepinac
  • Capítulo II: País natal
  • Capítulo III: Encuentro de la vocación
  • Capítulo IV: Coadjutor del Arzobispo de Zagreb
  • Capítulo V: Monseñor Stepinac, Arzobispo de Zagreb
  • Capítulo VI: En medio del caos de la Segunda Guerra Mundial
  • Capítulo VII: Monseñor Stepinac en la Yugoslavia de Tito
  • Capítulo VIII: Ante el tribunal comunista
  • Capítulo IX: Stepinac en la prisión y en detención
  • Capítulo X: En el ocaso de su vida
  • Capítulo XI: Ecos después de su muerte
  • CAPITULO XII: ALGUNOS TESTIMONIOS

    Randolph Churchill
    "El objeto principal de los ataques de los diarios era el arzobispo de Zagreb, Stepinac. En mayo último, los partisanos lo encerraron diecisiete días en prisión. A partir de aquel momento, fue espiado sin cesar por la Policía Secreta yugoslava, y ahora es muy raro verlo dejar la sede del Arzobispado.
    Hace poco tiempo, partisanos uniformados lo atacaron en una pequeña ciudad cercana a Zagreb; ellos lanzaron pesadas piedras a través de los vidrios de su auto. Los agentes de la Policía Secreta que lo seguían, no intentaron entonces defenderlo. Un día, cuando lo fui a ver, me mostró una piedra que pesaba un kilo o más y que ahora utilizaba como pisapapeles. La mayor tristeza del Arzobispo no era tanto los actos de espionaje por parte de la OZN, sino el hecho de que estaba totalmente aislado del Vaticano y no podía disponer de medios para enviar o recibir cartas. Toda la correspondencia era totalmente censurada.
    Cuando yo había dejado la sede del Arzobispado, después de una hora de conversación con el Arzobispo, mi jeep fue seguido a través de las calles de Zagreb por un auto de la todopoderosa OZN. Cuando los advertí, me pidieron mostrarles mi pasaporte. Esta fue mi experiencia más directa de la supervisión a la cual estaban expuesto el Arzobispo y sus eventuales visitantes. Existen ya algunos signos de resistencia a este control, sobre todo por parte de los campesinos. Es cierto también que las iglesias no estuvieron tan llenas como ahora para Navidad y Año Nuevo.
    Es un hecho que los comunistas no se atrevieron todavía a encerrar al Arzobispo Stepinac, pues ellos no se sienten todavía lo suficientemente fuertes para dar ese paso decisivo. Además, es posible que la campaña impulsada por los diarios tenga como destino acelerar esta acción, que sera la provocación más fuerte de los partisanos hacia la Iglesia Católica de Roma".
    RANDOLF CHURCHILL, Miembro de la Misión Militar Británica en Yugoslavia. (The Daily Telegraph and Morning Post, Londres, 23 de enero 1946)
    François Mauriac, de la Academia Francesa
    "Si nosotros nos conmovemos, no es porque un miembro de la jerarquía eclesiástica se encuentre encausado judicialmente. Que se trate de un arzobispo, es por el contrario lo que nos ha retenido de protestar: no querríamos ceder a la prevención. Pero nosotros nos convencimos: el arzobispo de Zagreb, condenado a diez y seis años de prisión, es inocente...
    Es falso que él haya colaborado con los Ustachas y que los haya ayudado. Por el contrario, no dejó de oponerse a ellos, de oponerse contra el reclutamiento militar a la juventud croata y, públicamente en su catedral, contra la ejecución de los rehenes y la persecución a los judíos...
    Denunció las conversiones forzosas impuestas a los ortodoxos serbios por miserables enceguecidos. A causa de sus propuestas, la Policía lo recluyó en su palacio, donde fue varias veces sometido a requisas.
    Todo se aclara si se recuerda que el 8 de septiembre de 1946 el arzobispo de Zagreb, el primado de los obispos croatas, rehusó romper con Roma. He aquí el nudo de todo.
    Monseñor Stepinac sufre por la unidad, es uno de los mártires de la unidad (del Occidente y el Oriente cristiano...), y no solamente de la unidad con Roma.
    El arzobispo de Zagreb escribía en 1944: `La Iglesia Católica no teme a ninguna potencia sobre la Tierra cuando se trata de defender el derecho del individuo'. Quién hablará entonces, si los cristianos se callan? Si ellos callan, `las piedras gritarán'".
    (Le Figaro, 2 de noviembre 1946).
    El Parlamento irlandés
    "El Parlamento irlandés, seriamente preocupado por el proceso injusto y la prisión a S.E. Mons. Stepinac, y por las pruebas acumuladas sobre la existencia en ciertas partes de Europa de una campaña de persecución religiosa; convencido de que el reconocimiento de la soberanía de Dios y de la ley moral es la base fundamental de una organización justa y estable del mundo tal que ella sea; que la libretad de adorar al Señor lealmente y de la manera que él mismo ha ordenado es el derecho inalienable del hombre y que el respeto de ese mandamiento divino es esencial para la preservación de la paz entre las naciones, hace un llamado a todos los pueblos que desean la verdadera libertad y una paz durable, a fin de que por una acción común utilicen su influencia para hacer cesar la persecución religiosa y para garantizar la aceptación de la libertad de conciencia como uno de los principios fundamentales de una organización mundial verdaderamente sincera; y demanda al ministro de Asuntos Extranjeros tener presente estos principios e impulsar la atención de los Estados con los que Irlanda mantiene relaciones diplomáticas, exhortándolos a efectuar los reclamos necesarios para garantizar la adhesión de los pueblos amigos de la libertad".

    INDICEHOMECONTINUA

  •  
  • Epílogo
  • Anexos
  • Bibliografía

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