Aportes al esclarecimiento del origen de la Primera Guerra Mundial
Studia Croatica - Edición Especial
Buenos Aires, 1965
VI. REPUBLICA POPULAR DE BOSNIA Y HERZEGOVINA
AL terminar la guerra mundial, Bosnia formó su Junta revolucionaria, que envió una delegación a Zagreb. La Junta central del Consejo nacional de Zagreb aprobó el gobierno territorial de Bosnia, pero con la creación del Estado de los eslavos meridionales Bosnia perdió sus características. En un tiempo fue gobernada como región histórica, pero la nueva Constitución centralista le hizo cambiar, como a las demás partes de Yugoeslavia.
Durante la segunda guerra mundial, toda Bosnia y Herzegovina entran en el Estado Independiente de Croacia, sin diferenciarse políticamente. Al terminar la guerra, en el Estado federal de la nueva República yugoeslava, Bosnia y Herzegovina forman una "República popular", (desde 1964 "República socialista") con todas las características Constitucionales de las demás repúblicas que componen la Yugoeslavia actual[1].
Sin embargo, desde el punto de vista político la creación de la República Socialista de Bosnia y Herzegovina, como uno de los seis estados de la República Federal Socialista de Yugoeslavia, es una anomalía. Mientras las demás "Repúblicas Socialistas" -Serbia, Croacia, Eslovenia, Macedonia y Montenegro- podrían en cierto modo, por lo menos en teoría, considerarse como Estados nacionales, en el caso de Bosnia y Herzegovina no es así. Valiéndose de una excusa, que en Bosnia vive una fuerte minoría serbia y que los habitantes musulmanes no estarían todavía nacionalmente definidos, esas provincias no fueron incluidas en la "República Socialista de Croacia", a la cual pertenecen tanto desde el punto de vista del derecho político estatal histórico como por su composición étnica y, especialmente, por su ubicación geográfica, vías de comunicaciones naturales e inseparables lazos económicos. La circunstancia de que en Bosnia y Herzegovina está presente la minoría ortodoxa que representa casi un 40% de la población y que aquélla con bastante éxito fue trabajada por la propaganda nacionalista serbia, no puede servir de argumento tan decisivo como para dejar aparte el mismo principio constitucional del federalismo yugoeslavo, basado en el criterio nacional. Inclusive si se pretendió en un momento supuestamente conservar el individualismo histórico de Bosnia, ello pudo haberse perfectamente realizado en su natural unión con la República Socialista de Croacia. Tanto más cuanto que la minoría serbia hubiera asegurado sus garantías nacionales del mismo modo que se procedió con las numerosas minorías nacionales incluidas en la República Socialista de Serbia. Cabe mencionar que en la actual Serbia hay dos territorios donde los serbios son la minoría étnica. Se trata del caso de la "Provincia Autónoma de Voivodina", donde merced a las masivas masacres y expulsiones de 500.000 alemanes y una fuerte minoría húngara y de otras nacionalidades, los serbios se transformaron en una mayoría relativa. El otro caso es la "Región Autónoma Kosovo y Metohija" (KOSMET) que también forma parte de la República Socialista de Serbia y que casi exclusivamente está habitada por albaneses[2]. Frente a una realidad tan desfavorable para la fuerza numérica de los serbios, de ningún modo se puede justificar la inclusión de esas regiones en Serbia. En el caso de Kosmet existen todos los factores que justificarían, según el principio nacional adoptado, la creación de una República albanesa.
Con Bosnia y Herzegovina no se recurrió al mismo proceder ya que físicamente hubiese resultado imposible incluirlas en Serbia, pero prevaleció el criterio de proteger a las tendencias granserbias, al impedirse su solución natural de unión con Croacia, donde se habría conservado el individualismo histórico dentro de una región autónoma cuyo antecedente ya figuraba en la constitución de la Yugoeslavia comunista.
El texto completo del libro está en formato CD-ROM
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