Diario Popular 17 noviembre 2013
Forjó su vocación sacerdotal en un país dominado por el comunismo y llegó a ser custodio del Santo Sepulcro. Sin embargo, haber trabajado por los pobres en Fuerte Apache lo marcó para siempre
Josip, que a poco de poner pie en estas tierras españolizó su nombre por el de José, vino a la Argentina en 1984 tras dejar atrás la formación sacerdotal en un pais dominado por el comunismo, su ordenación como cura franciscano en Croacia y el tiempo que pasó cuidando el Santo Sepulcro, en Jerusalén.
El cura José Peranic, que hoy tiene 65 años, desembarcó hace 30 en el Conurbano bonaerense donde comenzó a desarrollar una tarea asistencial impulsada por otro sacerdote también croata que hacía un tiempo se había instalado en Fuerte Apache como referente de la orden franciscana de San Gregorio de Croacia, el padre Esteban Gregov.
En el convento Santo Cristo, allí en José Ingenieros, y liderado por el padre Esteban, José se sumó a esa propuesta que le reportó, asegura, una gran enseñanza.
"Fue una experiencia increíble lo que hicimos durante un par de años en Fuerte Apache donde repartíamos ropa y comida a unas 700 familias del barrio", apuntó Peranic a HISTORIAS DE VIDA.
Con un español singular que se empantana en reminiscencias eslavas propias de su origen croata, el padre José recordó las gestiones que junto con el padre Esteban hacían en el Mercado Central, donde funcionaba la administración del Programa Alimentario nacional (PAN), que tenía a su cargo Fernando Alfonsín, el hermano del entonces presidente.
"Allí cargábamos un camión con bolsas de alimentos. Como íbamos sin los hábitos y nos veían poner el hombro para subir los bultos al vehículo -apuntó- un día nos preguntaron quienes eran los curas que se llevaban las cosas. Nosotros, contestamos, y nos miraban extrañados por vernos vestidos como cualquiera, levantando la bolsas y hablando raro".
Pero la vida del padre José tiene otras aristas que arrancan muy lejos de Fuerte Apache, más precisamente en un medio complicado sobre todo para quien pretendiera profundizar una vocación religiosa.
"Realmente era todo un tema vivir con el comunismo y continuar con la vida sacerdotal. En la ex Yugoslavia uno podía desarrollar el culto siempre que lo hiciera puertas adentro, en la iglesia ", reveló. Todavía se acuerda el año y medio que pasó en el servicio militar en el ejército del mariscal Tito, donde la invasión de Rusia a Checoslovaquia de 1968 le significó otro mes de duro entrenamiento militar, cuando estaba por salir de baja.
Con la Madre Teresa y Bergoglio
La guerra de los Balcanes de 1991 lo encontró en Argentina, donde actualmente está al frente del Centro Católico Croata de avenida Balbín al 4900, donde afirmó que de sus días en Tierra Santa le quedó la imagen de una mujer pequeña pero de tremenda fe espiritual que una vez pasó por el Santo Sepulcro: la Madre Teresa de Calcuta.
También trajo a colación la reunión que mantuvo hace un año con el cardenal Bergoglio, ahora Papa, y un obispo llegado de Croacia.
El padre José sabe que ha hecho un intenso recorrido extendido a lo largo de 65 estaciones , que siempre lo remonta a la isla de Pag, sobre el Adriático, el lugar donde nació y en el que sus hermanos hoy viven de distintos desarrollos turísticos.
Pero hay un hito que José no deja de reivindicar. Es el que lo asocia con la figura del padre Esteban y de la obra que lo absorbió no bien llegó a Fuerte Apache, el lugar en el mundo en el que vio galvanizar sus votos de pobreza, justamente entre los pobres del Conurbano.
http://www.diariopopular.com.ar/notas/175265-peranic-el-cura-croata-que-puso-redes-contra-la-pobreza
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