Tuesday 8 July 2014

Brasil de las Minas Gerais - por Marcelo E. Lascano Kežic, M. Sc.

Brasil de las Minas Gerais


Los países alojan procesos culturales surgidos desde una profundísima historia, cuyas manifestaciones se reparten heterogéneamente sobre el territorio. La amplitud del espacio geográfico diversifica la forma en que un pueblo impresiona nuestros sentidos, y Brasil es un país grande. 

Su extenso perímetro tiene por particularidad recostarse ampliamente sobre la mar océana. Si la primera idea que tenemos del Brasil se relaciona con playas y aguas cálidas, no es sólo producto del conocimiento veraniego, sino también del territorio mismo. Al contrario de lo que sucede con Canadá o Rusia, países extensos pero insulares al mismo tiempo, Brasil es un país volcado hacia sus costas, y para los brasileros mismos su litoral Atlántico es un pilar irremplazable de su identidad. La ocupación de un extenso contorno marítimo le llevó al Brasil buena parte de sus primeros siglos. Los rioplatenses, en cambio debimos ocuparnos primero del interior y sólo hacia el final del siglo XVIII nos dirigiríamos hacia el Sur costero.    

Sin embargo, mientras armaban el contorno Atlántico, los lusitanos mantuvieron la consigna de la ocupación del interior. Tanto fue así que acuñaron el término sertao, referido a la zona interior correspondiente a la latitud del punto de la costa del caso. Así, Recife tuvo su sertao, mientras San Vicente el suyo. La palabra indicaba un potencial. Fijó en el vocabulario la idea del interior , cuando la vida cotidiana pasaba enteramente por los puertos y las navegaciones, cuando aún Portugal no contaba con recursos para emprender su integración. 

Las Bandeiras fueron los primeros intentos de explorar el sertao pero, aunque altamente eficaces a veces, sólo constituyeron movimientos relámpago, efímeras expansiones hacia el Oeste . Hoy, al tratarse de un recurso histórico que cimienta la conciencia territorial de los brasileños, asumen una visibilidad, y merecida, mayor a la importancia o resonancia que tuvieron entonces.

Es con el surgimiento de las Minas Generales, en el siglo XVIII que comienza la integración territorial del Brasil interior. Este capítulo comenzó de la mano de otro tipo de expediciones puntuales, las Monzonas (As Monçoes). En su texto de la Historia Geral de Civilizaçao Brasileira, el historiador Sérgio Buárque de Holanda logra situarnos en las canoas que condujeron por los grandes ríos a los exploradores hacia la región del actual Estado de Minas Gerais. Allí se descubrieron los yacimientos de oro y piedras preciosas que los portugueses ansiaban encontrar en su América desde que los Españoles habían dado noticia del Cerro de Potosí. 

Daus ha explicado los matices entre las zonas centrales y cosmopolitas y aquellas algo más retiradas, portadoras de los rasgos culturales más propios. El Estado de Minas Gerais nos muestra el Brasil íntimo, el que plenamente inserto en la gran expansión económica, trae intacto su vínculo con el pasado. Es el Brasil es un su personalidad más propia, sin atribuir a este Estado, como siempre al analizar grandes países, un carácter de referencia obligada o meta cultural ideal.

Por supuesto, también en Río y en San Pablo están las marcas culturales vivas que lega la historia, pero deben hallarse de entre las que deja la globalización económica y la construcción del discurso turístico. Entre los intentos de transformarse en una versión tropical de la torre Eiffel de una, y la insistencia en compararse con Nueva York de la otra, no siempre es fácil el acceso al Brasil de los brasileños. Ese follaje seco está ausente en Minas Gerais y puede experimentarse allí más intensamente el contacto con lo espontáneamente auténtico. Ha sido inteligente que nuestra selección de fútbol fuera alojada en Belo Horizonte, capital de Minas. Para una Argentina saturada con arena brasileña, nunca una mejor oportunidad para mostrar otra cara del país.

En su breve canción Eu seio de Minas, la cantante Paula Fernandes dice "Soy hija de los montes y de los caminos reales", uniendo el paisaje y el tiempo . Con sólo una guitarra, esta hermosa mineira transmite con su voz el  apego a la tierra de quien se sabe heredero de mucho. La sencillez de la melodía ilustra la calma de una postal de inmóviles serranías, las mismas que encontraron los expedicionarios de las Moçoes (https://www.youtube.com/watch?v=1ux38zbTVSo). Ese sentido de pertenencia a un presente no sólo inmediato, sino que se extiende igualmente hacia los siglos inmóviles, es el rasgo cultural brasileño que más claramente puede advertirse en Minas Gerais. 

 
Marcelo E. Lascano Kežic, M. Sc.
Skype: marcelo.lascano1

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