Reconocerán la historia de lucha y superación de los inmigrantes croatas en Entre Ríos
El próximo lunes a las 15:30, Basavilbaso, será epicentro del recordatorio de nueve familias croatas que se asentaron en la localidad a principio del siglo XX, en busca de paz y prosperidad.
El acto se realizará en Av. San Martín, entre las calles Sarmiento y Estrada de esa ciudad, la cual, se inaugurará la plazoleta de los croatas “Estanislao Baretic”.
Este acontecimiento contará con la presencia del intendente de la localidad Gustavo Hein y el embajador de la República de Croacia Don Zeljko Belaj.
El descendiente de croatas, de nuestra ciudad, el doctor Eduardo Baretic, realizó un trabajo de investigación histórica en 2011 que tituló: “Los croatas en Basavilbaso 1931-1946”, hoy resguardado en Biblioteca Luz Obrera.
En la plazoleta se construyó un monolito con nueve nombres de los antepasados que partieron del actual condado de Primorje Gorski Kotar a principio del siglo XX en busca de paz, trabajo y prosperidad y eligieron el país más prospero de América Latina y el mundo en aquel entonces: Argentina.
Los croatas llegaron a nuestro país en un número reducido, vinieron a este lugar, no como colonias como las otras etnias. Algunos vinieron solos, luego llegaron sus esposas e hijos, otros se casaron y formaron sus familias en esta provincia.
Los croatas llegaron en diferentes años, de forma aislada cada uno perseguido por sus dramas particulares. Por su escasa cantidad y otras razones no alcanzaron a formar una colectividad, como resultado de ello no pudieron utilizar sus trajes típicos, y sus tradiciones, su música y su gastronomía típica quedaron paredes adentro de sus casas.
La localidad de Basavilbaso, atrajo también a gente que eran inmigrantes italianos, españoles, franceses o judíos y que en el caso de los croatas, innegablemente contribuyeron a la grandeza de esa localidad entrerriana como a la provincia.
“La historia de la inmigración croata, comenzó con la férrea convicción de un hombre, y su firme decisión, única, individual de dejar el suelo natal y creer que en otro lugar existiría un futuro prometedor”, remarca Baretic en su trabajo histórico al referirse a su abuelo, Mateo Knez, quien fue el primer croata en llegar al país en 1910 y en 1920 se instaló en Gualeguaychú.
“Mi abuelo se desempeñó como empresario de la construcción, luego llegó su esposa Catalina Crnic y su hija Anka.
Mateo nació el 10 de septiembre de 1873, en la aldea Blaskovice, municipio de Grizane.
“Abandonó Croacia, quedando en la casa mi abuela Catalina con 33 años de edad, y mi madre Anka de tan solo 5 años de edad.
“Una vez en Argentina, simplemente recurriendo a la escritura les hacían llegar a sus parientes en Croacia un simple anuncio, acá hay trabajo”.
Mantenían entre sus manos una pequeña luz de esperanza, era el abanderado de pie firme solitario, para que los de allá se decidieran a seguir sus pasos.
Solamente en busca de esfuerzo humano que hace a la dignidad del hombre y de poder volver a juntarse con los suyos.
“La tierra se hereda de los antepasados y se cuida, especialmente si esas tierras heredadas son como la de Croacia, obra maestra del artista más grandioso de todos los tiempos: la naturaleza.
Aquellos croatas, se instalaron en Basavilbaso entre 1920 y 1930 con dos objetivos fundamentales crear una familia y su trabajo, algunos lo hicieron en el ferrocarril y otros en la construcción.
Mi padre con 26 años zarpó del puerto de Cherburgo, Francia en el buque Asturias. Llegó a Buenos Aires en 1927 y después a Gualeguaychú, incorporándose a la empresa de su suegro del cual se desvinculó cinco años después.
En Basavilbaso instaló la primera empresa constructora local y proyectada al resto de la provincia. Manos endurecidas por la arena, por la cal y por el portland, nos dejó 26 obras, la Escuela Justo José de Urquiza N° 33 fue la primera construcción que llevó a cabo en 1934”, recordó Eduardo quien a su vez contabilizó 300 construcciones en toda la provincia, entre hoteles, centros de salud, centros comerciales, viviendas, escuelas y puentes.
Su empresa llegó a tener 60 obreros, sus capataces fueron su hermano Martín desde 1932 hasta 1954, año que regresa a su Croacia natal y Francisco Crnich 1932-1947.
“De esta manera los croatas no solo vinieron en busca de paz y progreso sino que también sintieron la necesidad de integrarse y pertenecer a la comunidad de Basavilbaso que los recibió con los brazos abiertos”, concluyó Baretic.
Familias croatas en Entre Ríos
Las familias croatas que llegaron a Entre Ríos, provienen de la ciudad de Rijeka, capital del condado de Primorje Gorski Kotar, en la localidad de Grizane, ubicado en las estribaciones de los Alpes Dinaricos, en la montaña Velika Kapela, y a unos 4 Km hacia el Mar Adriático y la ciudad de Crikvenica.
Los apellidos de familias provenientes del Norte del Mar Adrítico son: Baretic, Knez, Crnich, Kirstafor, Tulic, Pablic, Blazicevic, Barac, Grizane, Crivenica, y Besunje.
Provenientes del Sur del Mar Adríatico son: Roko y Doli.