Wednesday, 25 May 2011

Carta a Europa y a la comunidad internacional desde Croacia

Carta a Europa y a la comunidad internacional desde Croacia

Margareta Perun (poetisa croata)

Publicada el 03 de mayo de 2011

Croacia está sola – desde el 15 de abril de 2011. Croacia está sola una vez más. Como lo estuvo también en el año 1991. Sola en su tragedia, en el dolor y la incredulidad. Con la diferencia que en el año 1991, los agresores serbios tanto desde adentro como desde el exterior, destruyeron ciudades y quemaron pueblos, obligaron a los croatas al éxodo dejando sus tierras y sus casas, liquidaron a la población civil mediante asesinatos en masa, masacraron a los vivos y también a los cadáveres de los civiles, policías y soldados, desacraron, quemaron y destruyeron hasta los cimientos las iglesias católicas, bombardearon monumentos culturales y saquearon tesoros culturales y económicos.

En un intento de genocidio contra el pueblo croata, de usurpación de su patrimonio cultural (sus monumentos histórico-culturales, sus personajes históricos y sus obras), de negación de la identidad nacional y lingüística, y de destrucción de sus huellas en los territorios que gracias al emprendimiento criminal conjunto serbio debían pasar a formar parte del Estado Serbio.

El fundador del Estado moderno croata y presidente de Croacia, Franjo Tudjman, no creía que iba a haber guerra. Deseaba que no hubiera guerra. Croacia era un Estado recientemente independizado y por lo tanto no tenía ejército y no estaba armado para para la defensa. En concreto, incluso las armas utilizadas para la defensa civil habían sido confiscadas y sacadas de Croacia un año antes del ataque del ejército yugoslavo a Croacia. Alguien, sin embargo, sabía que habría guerra. Aquél que la estaba preparando. Ideológica, propagandística, política y militarmente: Serbia.

Y ella llevó adelante esa guerra. Atacando, asediando y bombardeando implacablemente las ciudades de Vukovar, Osijek, Gospic, Sisak, Petrinja, Pakrac, Vinkovci, Novska, Nova Gradiska, Slavonski Brod, Dubrovnik, Karlovac, Zadar, Kostajnica … y quemando hasta los cimientos 35 pueblos, con el objetivo de intimidar, torturar, violar, matar, deportar forzadamente, saquear y destruir, a efectos de ocupar la tercera parte del territorio croata, lograr la limpieza étnica de los croatas y la fragmentación de Croacia a nivel territorial, de transporte, comunicaciones e infraestructura.

En esa "guerra suya" en esa "como-ustedes-en-Croacia-la-llaman" Guerra Patria (esa es la forma, con desprecio sarcástico e inhumano, en que se dirigen a nosotros algunos políticos europeos y los fiscales del Tribunal de La Haya), en esa guerra que ni siquiera es objeto de discusión, ni de interés del Tribunal de La Haya, ni tampoco de la Unión Europea, el 54% del territorio de Croacia se vio afectado por la destrucción de la guerra. En el pico de la agresión serbia, había más de 500.000 exiliados, mientras que otros 150.000 encontraron alojamiento temporal en el exterior. En esa guerra - la guerra por la independencia de Croacia - fueron asesinadas o desaparecieron más de 15.000 personas (entre civiles y militares) resultaron heridas más de 30.000, se han censado más de 30.000 inválidos, fueron asesinados 323 niños, más de 1.000 niños resultaron heridos o desaparecidos, más de 5.000 niños quedaron como huérfanos de guerra. Más de 200.000 viviendas fueron destruidas y 2.423 monumentos culturales fueron derribados hasta los cimientos o severamente dañados, incluyendo también a las iglesias católicas (495) y monumentos que daban testimonio de la conciencia nacional del pueblo croata.

Más de 46.000 piezas de museo se han perdido o han sido robadas, y más de 3.000 han sido destruidas. Los daños directos causados por la guerra fueron estimados en más de 65 mil millones de marcos alemanes (en lo que respecta a recursos económicos, bienes culturales y naturales, bienes de particulares, gastos de guerra y gastos asistenciales), además los daños específicos causados particularmente sobre bienes culturales y objetos sagrados, en el área cultural, educativa, científica y de la salud rondan cerca de los 5 mil millones de dólares estadounidenses. El daño total causado por la guerra, fue estimado en el año 1999 en el Informe Final del Comité Estatal de evaluación de los daños de la guerra en 37,1 mil millones de dólares estadounidenses (conforme a las versiones de trabajo de los documentos que han sido recopilados hasta ahora en el Centro de la memoria y la documentación de la Guerra Patria y a los datos publicados en diversos estudios técnicos y publicaciones académicas; la información sobre piezas de museo se ha dado a conocer conforme a la documentación del Centro de Documentación de Museos).

Los más de un centenar de lugares de ejecución de croatas y los numerosos crímenes cometidos por los serbios, aún no fueron juzgados por la justicia croata en su totalidad o en algunos casos no completamente, algunos de los más castigados (Borovo Selo, Vukovar, Škabrnja, Ćelije, Voćin, campos de concentración en territorio de Serbia...). Al Tribunal de La Haya no se le ocurrió acusar a la cúpula militar de Serbia, ni por Vukovar, ni tampoco por las demás ciudades que fueron sistemáticamente bombardeadas, así como sus calles, hospitales, parques y viviendas, no ha sido levantada ninguna acusación. ¿Por qué?

Porque la agresión a Croacia y las víctimas croatas no le interesen al Tribunal de La Haya, y evidentemente a Europa tampoco. Esos crímenes no son una condición para cerrar el capítulo 23 en las negociaciones sobre la incorporación a la Unión Europea. ¿Se trata de chauvinismo judicial o político hacia una pequeña nación de Europa a principios del siglo XXI?

Los enemigos de Croacia que integran la Unión Europea, claramente, por boca del juez Orie, pusieron en evidencia qué es lo que desean pensar de Croacia y de la guerra del pueblo croata por la existencia y la libertad. Demostraron que no les interesan las pruebas ni los hechos históricos, sino la realización de sus propios proyectos respecto de Croacia. El resto de Europa, en general observa pasivamente. Entre otras cosas, también debido a que (pero no sólo por eso) la estrategia británica está basada en la estrategia panserbia contra Croacia que lleva más de medio siglo: declarar al pueblo croata como un pueblo genocida, multiplicar en gran medida todos los crímenes cometidos en Croacia, mostrar la génesis y las consecuencias de estos delitos como un actuar sistemático de los dirigentes políticos y militares croatas, acusando al mismo tiempo a los que pertenecen al ejército croata y al pueblo croata.

El absurdo es aún mayor cuando Gran Bretaña y sus satélites de esa forma ayudan a Serbia, el único país europeo que celebra oficialmente el movimiento radical militarista que durante la Segunda Guerra Mundial actuó en forma genocida contra los pueblos no serbios, especialmente los croatas y bosnios.

A Serbia, un país que, a diferencia de Croacia, no afrontó los crímenes de la Segunda Guerra Mundial que con la colaboración del gobierno quisling serbio, del aparato serbio policíaco-represivo y de varios grupos político-militares fueron cometidos en su territorio y llevaron a que Serbia haya sido una de las primeras en ser incluida dentro de los países que eran Judenfrei (libres de judíos).

A Serbia, país que planeó en el año 1991 y llevó a cabo la agresión cometida contra Croacia y Bosnia-Herzegovina a través de un programa político y militar de genocidio de los pueblos no serbios y de culturicidio de su patrimonio histórico y religioso.

A Serbia, que aún no desea enfrentarse con el pasado y en pleno apogeo continúa con la misma política expansionista y con el (auto)engaño.

Desde hace ya un centenar de años Croacia tiene un problema con Serbia. Desde finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, cuando los serbios en Croacia comienzan esporádicamente a articular su intención de usurpar los territorios croatas y expresan el deseo de que los croatas se vayan de su país por el hecho de que esas regiones, luego de la invasión turca, fueron habitadas por los serbios. Desde las “víctimas de diciembre” que nos dejó el 5 de diciembre del año 1918 en la plaza central de Zagreb, como consecuencia de las manifestaciones que, en el final de la Primera Guerra Mundial, eran una expresión republicana y pacifista de resistencia al militarismo serbio, dirigidas contra la entrada antidemocrática e ilegal de Croacia en el reino de Yugoslavia (y en la monarquía yugoslava). Desde el triple atentado en el Parlamento yugoslavo en Belgrado, en el año 1928, cuando fueron heridos mortalmente los legisladores nacionales croatas Stjepan Radić, Pavle Radić y Đuro Basariček. Desde los procesos políticos montados y la torturas policiales, atentados, asesinatos en masa y exterminación de personas durante la dictadura monárquica yugoslava liderada por la dinastía serbia, durante la cual caían víctimas entre el común del pueblo (las víctimas de Sibinja, las de Vrpska, las de Senj) y entre los políticos y pensadores croatas (J. Predavec, M. Šufflay M., I. Pilar).

Después de la Segunda Guerra Mundial, dentro de la Yugoslavia comunista, en un principio con el fin de alcanzar los objetivos de la revolución comunista, y más tarde abiertamente debido a las aspiraciones granserbias, se mantuvo al pueblo croata en una posición políticamente sumisa mediante la estigmatización, la potenciación e hiperbolización de la culpabilidad croata por haber participado en la guerra del lado de las potencias del Eje y por colaborar con el estado quisling de Croacia en los crímenes fascistas.

Sistemáticamente, por una parte, se minimizó la participación de los croatas en la realización y organización de la lucha anti-fascista (en la que, sólo durante la guerra, los comunistas en general no mostraron su verdadera cara totalitaria, antidemocrática y criminal), y por otra parte se minimizó el papel de Serbia en la cooperación y la aplicación del programa fascista de exterminio.



Además, no se han destacado particularmente los crímenes de carácter genocida de los chetniks serbios contra la población no serbia, ni los crímenes masivos perpetrados después de la guerra por la dictadura comunista - que dio lugar a que en algunas regiones de población croata, los sobrevivientes de sexo masculino se redujeran a un tercio y que otras quedaran completamente vacías de población croata, habitadas por serbios y que la élite económica e intelectual de Croacia, biológica y socialmente - efectivamente diezmada - no pudiese ser siquiera mencionada. Durante este tiempo, Yugoslavia poco a poco comenzó a impregnarse de la tendencia granserbia en la política, en los puestos de dirección, en la policía y en el ejército.

Entonces, ¿le conviene a Europa esa Serbia? A Croacia no le conviene. No por un capricho político radical, sino porque amenaza directamente la vida, la libertad y la existencia del Estado Croata y de la nación croata. Esta es la razón para volver a activar definitivamente los mecanismos elementales de cohesión socio-psicológica que sirven a todas las naciones para que en los momentos cruciales de su existencia puedan lograr la unidad y resistir al enemigo que borra su pasado, destruye su presente, y amenaza su futuro.

Debemos preguntarnos por qué Croacia le molesta a la política estatal británica (pero no a la nación británica ya que el pueblo británico muy a menudo tiene simpatía por Croacia). Así que, ¿por qué Croacia es una espina en el ojo? ¿Por qué les molesta la existencia orgánica, psicológica y política del pueblo croata y su estado soberano? Por nosotros mismos o por sus juegos contra otros Estados europeos? Nosotros nunca hemos pertenecido a su zona de interés geopolítico y nunca perteneceremos a ella.

Los croatas son un pueblo histórico que tuvo su Estado medieval, de conciencia nacional y cultural. Nos hemos desarrollado a la par de la civilización europea, como parte del círculo del Mediterráneo y de Europa Central. A lo largo de la historia, sobre todo resistiendo durante siglos los ataques turcos, inevitablemente, fuimos influenciados también por los cambios demográficos, y por el contacto político, bélico y cultural con los pueblos de la península de los Balcanes.

Esta pequeña nación a quien, ahora ya de forma un poco irracional, ustedes no soportan y desprecian con su chauvinismo colonialista, atravesó su sendero histórico con mucho sufrimiento y expuesta a grandes tragedias. En una ocasión histórica, nos encontramos también con ustedes cuando, violando la Convención de Ginebra y mediante el engaño, entregaron a los soldados croatas desarmados a ustedes a manos de los comunistas yugoslavos para que éstos los mataran, junto con decenas de miles de civiles, mujeres y niños que estaban huyendo de los comunistas al final de la Segunda Guerra Mundial.

No sólo porque habían luchado del lado de las potencias del Eje, sino porque no tenían otra opción ya que no querían que Croacia fuera parte de otra nueva Yugoslavia, esta vez totalitaria, comunista y atea.

Ustedes que sostienen las falacias de la historiografía serbia y yugoslava - no porque su conocimiento histórico esté poco desarrollado (lejos de eso), sino porque esas falacias les convenían políticamente y determinadas interpretaciones les eran políticamente útiles - investiguen las fuentes históricas y aprendan sobre Croacia y así tendrán una mejor perspectiva de su propio accionar y un mejor conocimiento de la nación cuya soberanía tratan de anular.

¡Porque ustedes no pueden tener éxito! El pueblo croata pagó un precio demasiado alto, con sangre y sufrimiento, por su libertad y por su Estado para que a través de actos bruscos e imprudentes sea puesto en peligro y aislado del resto de Europa. Ese sería finalmente el éxito total para ustedes – que nos alejáramos de Europa por nuestro propio accionar. Pero no será así, nosotros sabemos aguantar, al tiempo que creemos y oramos por nuestra salvación.

El pueblo croata, como todos los pueblos, independientemente de su tamaño, tiene defectos y virtudes, y en su historia hubo actos heroicos y también crímenes. Del mismo modo, hubo personalidades históricas de diversas naciones que tenían ciertas virtudes, esas personas tenían sus méritos para cada nación, pero también sus condicionamientos, limitaciones y prejuicios que no pueden separarse libremente del contexto histórico, socio-psicológico, bélico y linguístico, sobre todo cuando eso se realiza con intenciones políticas abiertamente hostiles.

Si ustedes desean acusar al primer presidente croata Tudjman por su política de soberanía croata, tendrán que esforzarse más. Ustedes acusan expresamente a Tudjman, quien fue elegido para ese cargo dos veces por el pueblo croata en elecciones democráticas, y lo hacen a pesar de que está muerto, presentando pruebas de su supuesto pensamiento, planificación y accionar criminal.

Pero no lo deben hacer de tal manera que sus acciones y palabras sean sacadas fuera de las circunstancias y del contexto en el cual debió evaluar y tomar decisiones. Sus decisiones no deben ser arrancadas fuera del contexto de evaluación de las condiciones de seguridad y de toda la seguridad nacional en tiempo y espacio reales - tanto durante la guerra, como antes y después de la operación militar "Tormenta".

No puede acusarse al líder nacional de un país pequeño por decisiones que en esa situación tomaría cualquier dirigente político y cualquier comandante en jefe de las fuerzas armadas de cualquier nación democrática y grande en una situación de agresión bélica contra su país y contra su pueblo dividido en dos Estados. Un ejército que libera territorio, y que rápidamente corre la línea del frente de batalla, deja tras de sí un gran territorio sin seguridad en el cual ni los países más organizados con una tradición democrática más larga hubieran logrado establecer un poder civil, un sistema jurídico y el orden después del caos que implica una guerra.

Tudjman negoció hasta la inconciencia con sus enemigos a fin de evitar víctimas, Tudjman amnistió en masa a los que agredieron a su propia patria - los serbios de Croacia, y acordó la reintegración pacífica de la región del Danubio con el fin de evitar una acción militar y víctimas humanas.

Ustedes no van a acusar expresamente a Tudjman por eso. No lo van a hacer porque no tienen hechos ni pruebas materiales, ni tampoco argumentos. De hecho, solo argumentos contrarios a los suyos pueden ser confirmados mediante razonamientos legales, políticos, histórico-sociológicos, socio-psicológicos y de seguridad militar.

Justamente por eso el pueblo croata no renunciará a sus hombres insignes. Porque eso no lo hace y eso no se espera de ninguna nación europea consciente de sí misma y que construye su propio Estado. Tudjman, es él mismo un historiador – lo que determinaba en gran medida su forma de pensar los acontecimientos que comenzaban a desarrollarse – y completó la epopeya histórica del pueblo croata y al final del siglo XX estableció el estado croata moderno.

Al tiempo que se lamenta por los crímenes cometidos desde las bajas pasiones y lleva a cabo el enjuiciamiento de los autores que pertenecen al pueblo croata - que son los que con sus actos llenaron de vergüenza a su propio pueblo, traicionaron los valores nacionales y pusieron en peligro al Estado croata y, si eran militares, traicionaron a sus comandantes- la nación croata no puede y no va a olvidar su sufrimiento y sus tribulaciones, no pisoteará a sus muertos, víctimas caídas por la libertad de su nación y la independencia del Estado, así como tampoco a las personas que la han conducido en ese tiempo crucial. No puede, si lo hiciera, renunciaría a su pasado, y entonces tampoco tendría futuro.

¿Tiene amigos en realidad Croacia? EE.UU. es un país amigo, eso se infiere de su anuncio después del veredicto de La Haya, por el sólo hecho de que que se expresaron con palabras relativamente cordiales. A pesar de las explicaciones confusas, supuestamente "racionales" desde el exterior y el interior, esa declaración es también la confirmación de que ahora el Estado croata está realmente amenazado, que recibió un golpe enemigo y sobre ese Estado pende una amenaza de graves consecuencias políticas, geopolíticas, judiciales y de estrategia militar.

Sin embargo, hay algo más que surge del comunicado estadounidense. Croacia y la porción de Europa que se encuentra a su alrededor NO entran dentro de las prioridades políticas de la política exterior estadounidense. Precisamente con esa indiferencia y abstención frente al compromiso con la justicia, Estados Unidos deja un amplio margen para el accionar del Reino Unido que se compromete de manera furiosa como lo hizo vilmente en la guerra en Croacia y en la guerra en Bosnia-Herzegovina. ¿Qué planes tienen Gran Bretaña y Serbia respecto de Croacia?

El plan en Croacia es neutralizar, difamar, condenar, o sea, destruir a los principales partícipes de la Guerra Patria y a los hombres clave de la cúpula política y militar de Croacia que organizaron la nación, enfrentaron la agresión serbia y condujeron a Croacia a la defensa del país y a la victoria en la guerra croata por la independencia.

Estigmatizar el liderazgo político y militar de Croacia así como también al ejército croata y a la policía especial por la limpieza étnica de los serbios de Croacia de las zonas liberadas de Croacia central y satisfacer a la Serbia derrotada militarmente. Con la estigmatización, el pueblo croata quedaría al mismo tiempo, una vez más, marcado de forma permanente y de ese modo se neutralizaría por largo tiempo su naturaleza "agresiva" y su "demasiado fuerte" conciencia de sí mismo. Piensan que de esa forma cualquier resistencia suya quedaría anulada durante mucho tiempo.

¿Cómo es posible que se llegara tan lejos en tan sólo diez años? Porque los enemigos de Croacia encontraron una gran ayuda en la ingenuidad, el diletantismo, la improvisación, la capacitación intelectual insuficiente de las autoridades croatas, en su acomplejada impresión ante la sola participación en la relaciones internacionales y en su incapacidad para hacer frente a las prácticas subterráneas y viles de la política internacional. Pero también estas autoridades han puesto al Estado y a los intereses nacionales al servicio de las especulaciones políticas internas, como si estuvieran jugando a los naipes, para lograr intereses personales o partidarios a corto plazo. Sin embargo, también hay que decir que además fueron a menudo chantajeados infamemente por algunos Estados miembros de la Unión Europea.

Es interesante, pero muy inusual, que la política británica respecto de los croatas utilice un discurso similar al que todavía tiene respecto del pueblo alemán. Aún hoy, tantos años después de la Segunda Guerra Mundial, en los periódicos británicos se ven artículos escritos con latente chauvinismo sobre el "militarismo inherente" del alma alemana, que habría que aniquilar y que, con la devastación al final de la Segunda Guerra Mundial y los crímenes soviéticos contra la población civil alemana y las mujeres, recibió su merecido.

Al tribunal de La Haya no se le ocurre echar un vistazo, y mucho menos tener en cuenta la evidencia de que los serbios de Croacia sabían muy bien lo que estaban haciendo: organizando su salida de Croacia central durante la Operación Tormenta. Ellos, participando masivamente en la agresión y en los crímenes contra los croatas, con su éxodo aplicaron de forma coherente la política serbia expansionista que fue aconsejada de forma "muy inglesa", y ante su derrota en la Operación Tormenta encontraron la manera de hacer un movimiento que más tarde podrían utilizar como arma contra Croacia.

Esta sentencia de La Haya no puede resistir los criterios de aplicación de la ley, ni la imparcialidad en juicio, ni el derecho internacional, pero sin embargo fue dictada. Para que se golpee a Croacia. Gran Bretaña quisiera una Croacia débil, estigmatizada e insegura que sea como una arcilla blanda que todos sus enemigos puedan amasar entre sus manos y mezclarla como un ingrediente más de una nueva masa/integración que estaría encabezada por Serbia. Hasta entonces, hay que alejarla, de todas las formas posibles, de la posibilidad de que sea parte de la Unión Europea y vincularla lo más posible con Serbia. Es por eso que Serbia no fue condenada como agresor de los países vecinos, por eso en primer lugar se le permitió y luego se le perdonó, la destrucción y el genocidio en Croacia y en Bosnia-Herzegovina, así como el no pago de las reparaciones de guerra, y además se le ofrece la posibilidad de retirar la denuncia efectuada por parte de Croacia ante la Corte Internacional de Justicia.

Mediante el veredicto de La Haya que ya fue pronunciado así como el que oportunamente se pronunciará, finalmente se condena a Croacia, que derrotó militarmente a la maquinaria bélica serbia y permitió hacer la paz en el territorio de la ex-Yugoslavia. Ahora esa paz, la convivencia y el equilibrio logrados, están una vez más en peligro.

Por esta razón, Gran Bretaña, queremos que dejes en paz a Croacia. No se inmiscuyan en nuestras instituciones estatales civiles y militares, y no se entrometan en la vida política de Croacia y en los medios de comunicación croatas. ¡Vayánse! Nosotros nunca hemos sido una colonia suya. Esta nación no es una tribu indígena que dentro de su nostálgico simulacro postcolonialista permitirá que de manera pérfida y manipuladora traten de dirigir sus reacciones, su comportamiento y su accionar.

Esta nación no es un fantasma, ha sangrado demasiadas veces. Este país no es arcilla, este país es en gran medida de piedra. No somos seres sin raciocinio humano, nuestra espiritualidad europea es histórica y profunda.

Hemos reconocido y rechazado varios de sus intentos, no obstante ustedes, de manera insidiosa, pero de forma tan obvia, no particularmente inteligente, y tan inhumanamente cínica, directa e indirectamente, siguen trabajando para desestabilizar a Croacia y el espacio geopolítico y geoestratégico que la rodea.

Sin embargo, y a pesar del alto costo, del dolor de las mentiras históricas y las injusticias que para los pueblos pequeños siempre cuestan demasiado, los pusimos en una situación en la que aún no pueden anotar ningún acierto de los que esperaban.

Croacia se defenderá también en tiempo de paz, con la unión, las habilidades, el carácter y la sabiduría de su pueblo. Como en 1991. ...Aunque no está claro por qué Europa permite que ese año haya debido regresar nuevamente. Croacia no puede dejar que su destino sea determinado sólo por los acuerdos de las grandes potencias y el pueblo croata no va a aceptar que ahora se lo masacre políticamente en tiempo de paz. El pueblo croata se encuentra en una difícil situación dentro de sus dos patrias. Tanto en Croacia como en Bosnia-Herzegovina.

¿Qué va a hacer Europa? ¿Permitirá que realmente se siembre la semilla de una nueva guerra en territorio europeo? En el campo de los entrecruzamientos de las civilizaciones europeas en todo su sudeste, que Europa se cuide de las consecuencias de la humillación y el engaño que se le hace a un pueblo mediante el chantaje político que algunos países esconden bajo del proceso de adhesión a la Unión Europea y mediante el uso indebido de la justicia internacional y de las leyes democráticas. Que se cuiden del boomerang de la humanidad, la verdad y la justicia que han sido pisoteadas.

La democracia de un Estado se evalúa sobre la base de cuánto es capaz éste de proteger a cada individuo y a las minorías de la sociedad. La democracia y la justicia del orden internacional se comprueban a través de las relaciones de los Estados y de las asociaciones multiestatales con respecto a los pequeños Estados y a sus pueblos. Las naciones pequeñas sostienen un espejo frente a las grandes. Y lo mantienen (y lo han mantenido) especialmente cuando son víctimas.

Margareta Perun (poetisa croata)
Traducción: Studia Croatica

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